Camargo reparará los semáforos de la Avenida de Bilbao la semana que viene

No viene ningún coche pero, ¿debería cruzar o no? Para los camargueses que frecuentan la Avenida de Bilbao -una de las vértebras fundamentales del casco urbano de Muriedas-, la disyuntiva ha sido más frecuente que nunca en las últimas dos semanas. Y encima multiplicado por dos. La culpa la tiene la avería que han sufrido dos semáforos de esta carretera, concretamente los dos primeros que marcan el paso después de la nacional N-635, a ambos lados de la rotonda. ¿Y qué les pasa a estas señales? El problema es que indican constantemente una luz ámbar intermitente, para los conductores; al tiempo que la luz roja o verde que sirve para orientar a los peatones está completamente fundida. Hoy siguen así pero, por fortuna, estarán arregladas la próxima semana, según ha informado el Ayuntamiento a preguntas de este periódico. La normalidad y, sobre todo, la certidumbre al volante y a pie, volverán pronto a los pasos de cebra de la Avenida de Bilbao.

El desajuste se ha debido a un problema en algunas de las piezas concretas de ambos semáforos. La demora a la hora de repararlos, eso sí, tiene explicación en su antigüedad, como argumenta el Consistorio, lo que ha complicado de manera importante las gestiones para conseguir repuestos que fueran acordes a estas señales.

Entre tanto, los camargueses han gestionado como han podido el 'apagón'. Durante al menos dos semanas, los paseantes han carecido de una guía que los ayude a atravesar la carretera de forma segura, de modo que ha habido más de un desconcierto aunque, eso sí, sin incidencias graves. Sin un 'muñeco' verde ni rojo que los oriente, los habitantes de Maliaño-Muriedas se las han apañado para cruzar la vía con algo más de ojo, sí, pero sin problemas.

Precisamente esta misma confusión la encarnó un vecino del municipio que asistió como público al Pleno del Ayuntamiento, el jueves de la semana pasada. Una vez levantada la sesión, se dirigió a la alcaldesa de Camargo, Esther Bolado, para preguntarle por los arreglos pendientes en estos semáforos y, además, por la forma correcta en que se debe actuar al volante al topar con el eterno parpadeo del ámbar. La respuesta, que también facilitó la regidora, la establece de forma clara el código de circulación de la Dirección General de Tráfico (DGT): una luz ámbar o amarilla intermitente obliga a los conductores a extremar la precaución y, en su caso, ceder el paso a los peatones. Y huelga decirlo, esta indicación no exime del cumplimiento de otras señales. En resumen: a falta de luces, todavía más cuidado al volante.