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El edil de Cultura, José Salmón, en una visita a la biblioteca, esta semana. María Gil
Camargo transforma las oficinas de Cros en una moderna biblioteca

Camargo transforma las oficinas de Cros en una moderna biblioteca

Camargo ·

El municipio inaugurará el centro a mediados de octubre tras ultimar el traslado de todos los materiales

Javier Gangoiti

Maliaño

Sábado, 12 de septiembre 2020, 07:50

Toda una planta baja para encontrar ese libro imprescindible, otra con un área polivalente con puertas correderas, salas específicas para estudiar, leer, otra para que los más pequeños se entretengan con juegos infantiles, una terraza... Un entorno tranquilo, luminoso y ameno para sumergirse en una novela, un poema o un periódico. Camargo ya está dando los últimos pasos para inaugurar a mediados de octubre la nueva biblioteca en las reacondicionadas oficinas de Cros, en Maliaño -tarea presupuestada en 565.000 euros financiados entre el Ayuntamiento y el Gobierno de Cantabria.-. Tras una licitación más complicada de lo esperado, y crisis del coronavirus mediante, los vecinos del municipio podrán disfrutar al fin de uno de los inmuebles más esperados de la hoja de ruta municipal. Y no podía llegar en un momento más apropiado. Nuevo curso, nueva biblioteca.

Sus estantes aún permanecen vacíos a falta de la última fase de las labores -el traslado de materiales, libros, etc., a partir del 17 de septiembre- pero los 170.000 euros que ha invertido el Ayuntamiento ya se perciben nada más cruzar la puerta. O incluso antes. El acceso secundario contará con un sistema de control mediante tarjeta de usuario personalizada para todos aquellos que quieran hacer uso de otro de los puntos fuertes de la biblioteca, aunque aún cerrada a la espera de la evolución de la crisis sanitaria: sí, el nuevo centro tendrá una sala de estudios que permanecerá abierta las 24 horas del día los 365 días del año, un hecho pionero en Cantabria, como apostilla el Consistorio, que permitirá a cualquiera ultimar sus tareas o repasar sus apuntes de forma libre.

Pero la nueva Biblioteca de Cros tiene más por enseñar a sus futuros visitantes. El concejal de Cultura en el Consistorio, José Salmón, caminaba esta semana por los espacios por donde los libros y sus lectores tomarán asiento a partir de octubre. «Hemos conseguido un equipamiento y amueblado de calidad. El centro va a ofrecer un servicio muy bueno a los usuarios». Lo decía mientras dejaba atrás el ascensor acristalado, disponible fundamentalmente para personas con movilidad reducida, ubicado junto a la entrada y las escaleras interiores. Diez, veinte, treinta y hasta cincuenta sillas verdes repartidas en cinco mesas dan prueba de la «eficiencia» con la que se ha construido la sala de estudio. Los enchufes y alargadores pronto estarán ocupados cargando móviles y ordenadores.

En esta aula, como en las siguientes, la luz natural penetra en el edificio durante toda la visita. De ahí el control tecnológico inteligente y el sistema de regulación que posee todo el inmueble. Objetivo: ajustar el encendido de la iluminación a la ocupación real de las diferentes estancias y optimizar el aprovechamiento del sol. Este tipo de detalles, unidos a la fórmula de climatización y renovación de aire, dan una idea del futuro que tienen las oficinas de Cros como relevo «ideal» al Centro Cultural La Vidriera.

De historia, ciencia, poesía, teatro... Las etiquetas situadas bajo cada estantería ayudan a imaginar el aspecto que tendrá la biblioteca una vez lleguen los libros. Hay quienes agarrarán uno por primera vez, y para ellos precisamente está pensada la sala de primeros lectores, un espacio cómodo para los más pequeños donde empezar a zambullirse entre decenas de cuentos y fábulas. A medio paso de ahí, el colorido continúa en el aula de iniciados, creando en apenas unos metros cuadrados un recorrido cronológico para todas las edades, incluida una habitación orientada a la lectura de prensa y otra a libros informativos. Aún estamos en la primera planta.

Y la segunda cobija algunas de las habitaciones más especiales y de más proyección. Subir la escalera y girar a mano derecha puede convertirse en uno de los itinerarios fijos de los futuros visitantes a Cros gracias al aula de conferencias, que «estará a disposición de los editores que quieran presentar sus contenidos», como invitaba Salmón. A su lado, una sala diáfana con sillones con vistas al parque de Cros será otro de los puntos clave donde destensarse con una revista o embarcarse en un proceso creativo. ¿Las ideas? A menos de diez segundos en cualquiera de las repisas que enriquecen ambos pisos o en los equipos informáticos, tan imprescindibles para cada vez más vecinos. Aquellos que prefieran la búsqueda manual, la documentación se incrementa a buen recaudo en el archivo de la biblioteca, donde, entre tanto, y si la persecución de ese ejemplar exacto se alarga, los usuarios pueden tomar el aire antes de volver al trabajo.

Una licitación difícil

Disfrutar de todos estos espacios es cuestión de un mes. La semana que viene el Ayuntamiento pondrá en marcha las labores para traer los libros y materiales docentes al recinto, un broche al que ha precedido un proceso de licitación para el traslado de mobiliario complicado, tanto por problemas meramente administrativos como por la pandemia del coronavirus. Las circunstancias no han ayudado. Para hacerse una idea, el equipo municipal tenía en mente abrir la biblioteca hace justo un año, pero un agosto «inhábil» para este tipo de tramitaciones, primero, y los problemas para licitar el contrato, después, terminaron retrasando las fechas. Zanjaba Salmón: «Se ha tardado, pero valió la pena».

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