Camargo ultima con el Gobierno los detalles de la reforma de La Vidriera

Y puede que muchos de esos detalles estuvieran pendientes de fijar, pero el municipio tampoco iba a ciegas a esta reunión. Una de las ideas más importantes que vertebran la reforma es la de «unificar el centro». Por lo pronto el Ayuntamiento quiere crear una recepción única, sin importar si la visita está relacionada con el ámbito cultural o el deportivo. Otro de los puntos clave tiene que ver con la nueva sala de proyecciones, un espacio que, para hacerse una idea aproximada, en el equipo de gobierno quieren asemejar al del teatro Casyc de Santander. Dotada de 156 butacas, esta nueva estancia ajustará así su aforo a la demanda aproximada de visitantes.

Y si cuestiones de forma como estas son importantes para el Ayuntamiento, las de fondo tampoco se quedan atrás. Más allá de lo cosmético, la remodelación de La Vidriera nace con la pretensión de cristalizar una agenda cultural, deportiva y de ocio más ambiciosa que nunca. Conciertos, teatro, conferencias... Una agenda más diversa, potente y organizada...

De ahí el especial mimo con que, ahora más que nunca, el Ayuntamiento quiere tratar el calendario y las citas más importantes, asignadas éstas a un espacio específico en los fines de semana -los de mayor afluencia-. ¿Las películas? En la nueva sala, más pequeña en favor de una oferta cultural más variada en el conjunto del espacio; el resto de actividades, desde una representación teatral hasta la presentación de una obra literaria, en el salón de actos.

Mejoras en términos de accesibilidad, condiciones del escenario, los camerinos, la iluminación, etc. El cuidado de ese tipo de detalles marca el valor añadido que el Ayuntamiento quiere atribuir al inmueble, concebido más que nunca como el gran estandarte cultural del municipio y mimetizada a su vez con otro de los grandes proyectos que Camargo quiere ultimar a inicios de mayo, el nuevo aparcamiento de La Vidriera, a cuyo lado existirá un espacio precisamente dedicado a la celebración de actividades relacionadas con el centro cultural.

Ya antes de la reunión de ayer ya había una cosa clara para los miembros del equipo de gobierno: la reforma que conciben desde Camargo no es un simple lavado de cara. Es una remodelación estructural que, en última instancia, se propone consolidar el papel de La Vidriera como uno de los baluartes culturales fundamentales del municipio y todo el arco de la bahía. Inaugurada en 1989 y con signos propios ya del paso del tiempo en sus 33 años de historia, el buque insignia de Camargo aspira a adaptarse ahora a las necesidades del siglo XXI y ofrecer, ahora más que nunca, un catálogo cultural tan variado como competitivo en los próximos años.

Igual que viene haciendo los anteriores. Cuando se fundó en 1989 -en el primer mandato de Ángel Duque- el inmueble más reconocible de Camargo no tardó en pasar de ser una empresa cerrada en un solar recién iniciados los años 80 a convertirse en un proyecto capaz de aunar las distintas sensibilidades de la sociedad, desde las agrupaciones culturales hasta las deportivas.