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No por ser una fecha marcada en rojo en el calendario, dejó de ser lunes en Muriedas (Camargo). Pero, tampoco por ser lunes, los alumnos del Instituto de Educación Secundaria (IES) Ría del Carmen iban a dejar de darse cuenta que el centro cumplía nada menos que 50 años. La 'alfombra roja' de la gala les cogió en clase de mates, de filosofía. De historia. Ya alrededor de las diez y media de la mañana, cuando la comitivas políticas empezaban a llegar y a repartir abrazos y declaraciones a la entrada del instituto, al otro lado de los cristales se intuían las miradas de algunos estudiantes pegados a la ventana. Algún otro miraba hacia el aparcamiento, apenas vacío cuando su autobús los dejó, a primera hora; y tierra conquistada por una treintena de turismos alineados en tres filas, un par de horas después.
Antes de que empezaran los discursos, en el salón de conferencias, el acto se escribía solo echando la mirada hacia las orlas colgadas en las paredes. Fotos de 2018, 2004, 1995, 1983, 1979, y así hasta llegar a 1970, año inaugural de un centro ya con medio siglo de «educación y valores cívicos» a sus espaldas».
Ese es el resumen que le gusta extraer a Judit Vega, hoy periodista, pero eternamente antigua alumna del centro. Se formó en las aulas del Instituto Muriedas -el centro que luego pasaría a ser el Ría del Carmen- entre 1983 y 1987, un periodo importante para entender su paso por las aulas. «Eran los inicios de la democracia, que Camargo se estaba empezando a constituir como una potencia industrial y que la mayoría de nosotros éramos hijos de obreros y de ganaderos», recuerda.
En el 'Ría', Vega y una generación entera de estudiantes encontraron un punto de encuentro donde estrechar lazos. Algo más que eso. «Supuso encontrar un espacio de amistad por parte del resto de los alumnos y de los profesores. Porque no sólo nos enseñaron arte, matemáticas o genéticas; convivieron con nosotros. Nos apoyaron», agradeció la exalumna, antes de mencionar el «gran apoyo que dieron los padres del municipio, muchos de los cuales ni siquiera habían gozado de una educación formal».
También Estíbaliz Ponce, alumna entre 1996 y el 2000 y hoy músico profesional -puso banda sonora a la ceremonia interpretando al cello piezas de Bach y Dvorak-, quiso subrayar «el cariño de los profesores, la comprensión, la paciencia la ternura». La implicación de los maestros fue algo determinante para ella, que aún recuerda «las horas y horas» que mantenía conversando con Javier Barba, entonces jefe de estudios y hoy director del instituto. «Me ayudaron muchísimo y siempre les estaré agradecida».
Paco Pis, Alumno entre 1980 y 1985
El Ría del Carmen también guarda anécdotas para el comunicador Paco Pis, estudiante del Instituto de Muriedas entre 1980 y 1985. Su pasión por la radio, además, tuvo al centro camargués como uno de sus primeros estudios. «Llegamos incluso a crear una emisora de radio con motivo de las fiestas navideñas. Los compañeros podían escucharnos a través de un receptor e incluso, sin quererlo, llegamos a hacer interferencia en los vecindarios del entorno, que no podían elegir otra señal», cuenta con una sonrisa. Igual que el resto de exalumnos, también se emociona «al recordar el cariño y entrega de todos los educadores del centro, de ayer y de hoy».
Igual que las suyas, el salón de conferencias estaba lleno de anécdotas. Antiguos alumnos que hoy llevan a sus hijos al Ría del Carmen, políticos, miembros de la Policía Local... Una orla más que añadir a la pared y de la que el director, Javier Barba, quiso reflejar recordando la apuesta del centro por los valores cívicos, la diversidad, la orientación, la educación, ciudadana o la ambiental. «Por aquí han pasado mas de 600 docentes y se han realizado más de 34.000 matriculas de alumnos», apuntó el responsable, para quien supone «un verdadero honor» presidir los próximos doce meses de actividades a cuenta del aniversario.
Por su parte, el presidente regional, Miguel Ángel Revilla, felicitó al centro por su trayectoria y declaró que «este siempre ha sido un colegio ligado a la tolerancia y los valores cívicos», antes de que el vicepresidente regional, Pablo Zuloaga, insistiera en la necesidad de seguir «trabajando por la igualdad y la diversidad»; y que la consejera de Educación, Marina Lombó, pusiera en valor el sistema educativo. Por último, la alcaldesa de Camargo y también exalumna, Esther Bolado, apreció la capacidad del instituto para «hacer pueblo y estrechar lazos entre las pedanías y municipios del entorno».
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