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No por breve el resumen de la alcaldesa de Camargo, Esther Bolado, sobre el estado de ánimo de los comerciantes ante la apertura del nuevo centro comercial Bahía Real iba a ser menos certero. Lo dijo en rueda de prensa el pasado martes después de ... avanzar algunas novedades del proyecto junto a los promotores que, si todo va bien, podrán abrir las puertas del complejo para la Navidad de 2020: «Unos lo ven como una preocupación y otros, en cambio, como un potencial para atraer a más gente». Y así es. Las opiniones -que no los empresarios- están divididas a la hora de valorar la afección que puede tener sobre su negocio este nuevo gigante comercial. Para algunos supondrá un abrazo de oso entre éste y su hermano mayor Valle Real y, para otros tantos, una mezcla entre la oportunidad de atraer a más gente que, confían, seguirán apostando por el centro de la localidad antes que desplazarse al polígono de Cros. Una demanda recurrente, eso sí, la de mejorar el aparcamiento, que está en la agenda de la alcaldesa y espera abordar una vez se soterren las vías.
Precisamente esa era una de las reclamaciones de Adela Tricio, de Decoraciones Raymar quien, además de reconocer «cierta preocupación» por la apertura del nuevo centro comercial, pasó a reclamar la adecuación del centro urbano para mejorar la actividad de los pequeños empresarios. «Ya podrían mejorar el estacionamiento», decía, al tiempo que se asomaba a la puerta y señalaba «el estado anticuado» en el que se encuentra la calle Juan XXIII. «Han arreglado otras, pero aquí llevamos con las mismas aceras desde hace 20 años, sin iluminación y muy poca anchura», sostenía.
Natalia Zarzuelo Nayda
Doblando la esquina hacia Eulogio Fernández Barros, Natalia Zarzuelo, propietaria de la tienda de lencería y ropa interior Nayda, guardaba una opinión similar. Le preocupa, y no poco: «Porque no es que la gente vaya sólo a comprar algo de manera puntual, no. Los clientes aprovechan y hacen de todo, toman algo, van al cine... Y todo a dos pasos de aquí y con facilidad para aparcar».
Arancha Echevarría, de Calzados Mayland, por su parte, recordaba las cifras de empleo que traerá consigo Bahía Real -400 empleos directos por 500 indirectos-, unos números que, reconocía, «van a beneficiar al municipio, sí, pero no al comercio del centro». Y no es que esté a favor o en contra de la apertura. Simplemente es un motivo más de inquietud «para un comercio que no está viviendo su mejor momento».
Arancha Echevarría , Calzados Mayland
Y si alguien fue claro sobre el nuevo 'vecino', para mal eso sí, ese es Julio Terán, de El indio. «Este proyecto supone hundir al comercio. La gente que viene de fuera no va a venir hasta el centro. Se ha masificado todo de una manera... Por no hablar del aparcamiento», lamentó.
Pero, lo dicho, no todas las opiniones son pesimistas. Fueron otros tantos comerciantes, no pocos, los que confiaron en poder seguir con su actividad a pesar del nuevo espacio. Consolación Nieto, empleada en la tienda de moda y complementos Dakota, sintetizaba la opinión de todos ellos: «No me preocupa el nuevo centro comercial. Es uno más, pero hay para todos».
En esa línea, Vanessa Valera, de Dulce Moda, también mostró su optimismo sobre la llegada de Bahía Real. «Creo que no se va a notar. Eroski lleva años abierto y la gente ha seguido respondiendo bien, quedándose en el centro. Si hemos aguantado eso, podremos con esto también». Tampoco en la tienda Varsovia parece un motivo de mayor intranquilidad. Su propietaria, Sara González, confía en que la inauguración del nuevo complejo no afecte a muchas de las tiendas, incluida la suya. «Aunque la situación no sea para tirar cohetes, los clientes están respondiendo bien y creo que estamos mejor que en Torrelavega y Santander», sostuvo. Las opiniones optimistas encuentran sede en diferentes sectores. La experiencia le dice a Miguel Achurra, de Carnicería Miguel, que el nuevo Bahía Real «será una tienda más» y que, de hecho, «puede ser una oportunidad para traer gente al municipio».
¿Y los hosteleros de Maliaño? Emilio Hoyuela, propietario de Café Hoyuela, confió en que los efectos de Bahía Real serán discretos. «Quizá se note algo más los fines de semana, cuando la gente hace planes y encuentra en estos lugares un buen sitio donde hacer de todo, pero, en general, creo que también puede atraer mucha gente a Maliaño, al centro, para que venga a consumir. El dueño de Nacho's Tavern, Nacho Carral, por su parte, quiso poner el foco en lo «verdaderamente importante» entre las idas y venidas desde la barra a la terraza de su establecimiento. «¿El nuevo centro comercial? Eso no es algo que deba preocuparnos. El problema es que el pueblo, desde el punto de vista comercial, está muerto», sentenció.
Esa es la herida que cree necesario remediar el presidente de la Asociación de Pequeños y Medianos Empresarios, Comerciantes y Autónomos de Cantabria (Apemecac), Miguel Rincón, que demandó «medidas contundentes para dinamizar el comercio minorista de toda la región». ¿Cómo? Con un plan autonómico financiado por el Gobierno regional y en contacto con todos los Ayuntamientos. «Si tienen dinero para promocionar otros sectores, tienen que tenerlo para los comercios», razonó, antes de asegurar que la apertura de Bahía Real «es positiva para Cantabria y sus inversiones, sí, pero es también «el remate final para los pequeños empresarios».
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