El sinvivir de una familia de Camargo: ya van dos cócteles molotov que lanzan contra sus propiedades

La Guardia Civil investiga ahora si este incendio ha sido intencionado. Han tomado huellas en el lugar del siniestro, ya que, al parecer, hay signos evidentes de que el vehículo no ardió por sí solo. El dueño de la furgoneta es Benigno Fernández. La había dejado aparcada ayer a varios metros de la casa de sus padres, situada en la calle La Corraliega del barrio La Verde, en Herrera de Camargo. Sobre las 23.30 horas, un hermano lo llamó por teléfono para avisarle de que había un incendio.

A la vez, un camionero de Cocantra (Cooperativa Cántabra de Transportes), cuya sede está situada frente a la vivienda en la que ocurrieron los hechos, se lesionó gravemente al saltar la valla para tratar de rescatar a los dueños de la casa al ver el fuego. Se partió un tobillo y nada pudo hacer por ellos, en unos momentos críticos hasta que los servicios de emergencia movilizados por el 112 se hicieron cargo de la situación. El propio gerente de Cocantra confirmaba a este periódico que ese transportista «vio el incendio de la furgoneta, que explotó el depósito de combustible, y saltó para ayudarlos».

El Centro de Atención a Emergencias de Cantabria 112, tras conocer el suceso, movilizó a los Bomberos de Camargo, Guardia Civil, 061 y Policía Local.

Según ha explicado Benigno Fernández, el dueño del vehículo quemado, «rompieron una ventanilla para empujar la furgoneta hasta dejarla pegada a la casa. Y metieron un cóctel molotov por el depósito del combustible», de ahí que el testigo sintiera la explosión. La furgoneta quedó «totalmente calcinada» y también hubo daños en el edificio. «El portón de la planta baja, donde yo tengo un local, reventó y ardió por completo, los cristales están deshechos y también afectó al hormigón». Dice que en ese local guarda los restos de un comercio que hace tiempo tuvo en Maliaño y lo utilizan como taller de carpintería.

Esta vez las cámaras de seguridad de la empresa Cocantra no estaban funcionando y nada pudo grabarse de lo ocurrido el martes por la noche. A finales de diciembre sí que hubo imágenes de otro sabotaje muy similar: un encapuchado se aproximó a la calle, y, desde el otro lado de la carretera, lanzó un cóctel molotov que entró por una de las ventanas del taller de carpintería que hay en el bajo de la casa. Se desató un incendio en el interior sobre las ocho de la tarde, cuando en la planta superior estaban los padres de Benigno. También en aquella ocasión se avisó al 112 y los bomberos pudieron apagar el fuego, que no causó daños en la vivienda, pero sí afectó al taller. Aquel día encontraron en la acera un bidón vacío que podría ser de gasolina y pudieron revisarse las cámaras pero, por causas que el denunciante desconoce, el asunto sigue sin cerrarse.

A falta de que avancen las investigaciones, el de ayer sería el segundo cóctel molotov que lanzan contra esta propiedad. Y todo, según la versión de Benigno Fernández, por un conflicto con unos vecinos a raíz de unos rellenos en una finca colindante para usarla como depósito de vehículos, que podrían estar generando problemas de inundaciones en la casa de sus padres. Los hechos fueron puestos en conocimiento del Ayuntamiento de Camargo y existe un expediente sancionador incoado por la Confederación Hidrográfica del Cantábrico contra las personas que hicieron esos rellenos «en la zona de policía inundable de la margen derecha del arroyo Bolado, sin contar con la preceptiva autorización administrativa», según la resolución.