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Los empresarios del polígono Elegarcu, en el barrio La Central de Cacicedo (Camargo), han tomado la iniciativa y ya combaten losvertidos ilegales de ... basura a través de cámaras de seguridad. Hartos de la «escombrera» en la que desde hace años se había convertido el área industrial, los propietarios han pedido los permisos necesarios a la Policía Local y han instalado dos dispositivos a la entrada y salida del complejo privado, el primero ya de todo el municipio en cortar por lo sano y cazar 'in fraganti' a los culpables. «Tenemos que estar cada dos por tres quitando los escombros, los muebles... Todo lo que tiran», lamenta Francisco de la Fuente, presidente de los empresarios de esta zona, mientras señala la inmundicia amontonada a un lado de la carretera: «Esto estaba limpio hace 20 días».
Tal es la frecuencia con que los responsables visitan el barrio para arrojar sus desperdicios, que ni una semana ha tenido que pasar para que la inversión dé sus frutos. El presidente muestra las imágenes desde su teléfono móvil: una furgoneta estaciona junto al punto negro, a plena luz del día; dos individuos tiran los sacos de obra al suelo, los apilan de aquella manera mientras a uno de ellos le da tiempo a hacer sus necesidades en un costado antes de marcharse. «Todo en cuestión de 30 segundos», resume 'pen-drive' en mano, el mismo que enviará a las autoridades en las próximas horas.
El cerca de medio centenar de firmas que componen el complejo ha tomado la delantera en la lucha contra los vertederos ilegales, un problema recurrente en éste pero también en otros puntos del municipio, industriales o no. La iniciativa, costeada con dinero de los empresarios de la zona, es completamente ajena a las intenciones del Ayuntamiento de Camargo de instalar cámaras de seguridad en áreas industriales públicas como el polígono de Trascueto, en Revilla, posible 'laboratorio de pruebas' donde ubicar los primeros dispositivos, como avanzó el pasado enero la alcaldesa Esther Bolado. A falta de que la estrategia tome forma -si es que acaba tomándola- y se concrete una hoja de ruta más específica, Elegarcu seguirá siendo el primer y único polígono del valle que vigila a los autores de estas escenas a través de una pantalla.
Ninguna de estas medidas sería necesaria si los culpables optaran por los cauces legales, más fáciles y, sobre todo, más civilizados para deshacerse de su basura. Para depositar escombros, pinturas, pilas, electrodomésticos o material informático -por mencionar algunos de los desperdicios más habituales en estos vertederos-, Camargo cuenta con un Punto Limpio, ubicado en la calle Hermanos Torre Oruña, en Muriedas, junto al polígono industrial de La Maruca, gestionado por la empresa MARE.
El Consistorio cuenta además con un servicio de recogida específico para cada tipo de residuos, puerta a puerta, para que los compañías puedan gestionar cómodamente los desechos de su actividad. Para tirar papel y cartón, por ejemplo, basta con solicitarlo previamente por teléfono al servicio, gestionado también por MARE. De los muebles y los electrodomésticos, por su parte, se puede encargar la empresa Sintrasa; como ocurre con los restos de poda y la empresa Urbaser.
La presencia de vertederos ilegales no es la única preocupación que angustia al polígono Elegarcu. Desde hace décadas padece una igual o más persistente: la situación irregular de unas naves que, desde 1983, no disponen de una licencia de ocupación sencillamente porque no se ajustan a la normativa urbanística del municipio -por la altura de estos espacios y otras cuestiones de carácter técnico-.
El problema de calificación viene persiguiendo al complejo desde entonces. Ninguna compañía, aunque quiera, puede desarrollar su actividad en la parcela. «Hemos gastado más de 20.000 euros para tratar de legalizar su situación», alega De la Fuente, que pide al equipo de gobierno que conceda la licencia de ocupación. «Muchísimas compañías, importantes, ya se han marchado a otros municipios por este mismo problema. ¿No quieren que vengan las empresas y se cree empleo? Pues que hagan algo», reclamó el presidente de los empresarios del polígono.
Pero no es tan sencillo. «El Ayuntamiento no puede conceder esa licencia porque esos recintos incumplen la normativa vigente», defiende el concejal de Obras, Personal y Policía Local, Íñigo Gómez (PSOE), quien lamenta, por otro lado, la huida que esta situación jurídica produce en las empresas que ponen medio pie en el barrio La Central. La única solución para abrir esta parcela a la actividad industrial pasa porque los propietarios ajusten el pabellón a la normativa, como insistió el responsable. «Porque nosotros estaríamos encantados de dar esta licencia y que acoja a los negocios, pero no podemos porque las naves no cumplen con los requisitos necesarios», zanja.
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