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La compañía Mercadona inauguró este lunes la actividad en el nuevo Bahía Real. El supermercado emplazado en el parque comercial a las afueras de Maliaño, en Camargo, es el primer establecimiento en abrir sus puertas en el recinto de compras, que seguirá levantando persianas ... en lo que resta de la semana y de año hasta comenzar la campaña de Navidad. La nueva tienda, que creará 27 puestos de trabajo «estables y de calidad», apostillan en la empresa, se suma a los otros once locales –y sus 706 personas en plantilla– que la firma española gestiona en diferentes puntos de Cantabria, donde la empresa, ha realizado «una inversión de 31,3 millones de euros».
Sus 1.800 metros cuadrados de superficie –el Mercadona más grande que hay en la comunidad autónoma– recibían los primeros clientes del supermercado –y, por extensión, a los de Bahía Real–. «Única entrada y única salida», señalaba una de las operarias a escasos metros del acceso. Pudo repetir esa frase hasta cinco veces en un minuto, pero no lograba evitar que los primeros visitantes estuvieran algo desorientados con los detalles. La ubicación del gel hidroalcohólico, los carritos, los guantes de plástico, «¿y las verduras?», se preguntaba otro cliente, ya en los pasillos.
Lo típico del primer día, una jornada que, pese a todo, a resultado ser «tranquila» para los trabajadores del supermercado, como juzgaba más de uno echando la vista a su alrededor a primera hora de la tarde. «Más o menos esta cantidad de gente durante todo el día», aseguraba. Colas, las justas: «A lo mejor es que han preferido esperar a otro día por seguridad?».
También quisieron estar presentes en la inauguración del emplazamiento comercial los responsables municipales del Ayuntamiento de Camargo, como la alcaldesa, Esther Bolado, o el primer teniente de alcalde Héctor Lavín, entre otros. «No sólo va a generar cientos de nuevos puestos de trabajo, sino que confío en que va a servir para atraer a más visitantes al municipio, especialmente al comercio local, que también será respaldado con una campaña a lo largo de todo 2021 para apoyar a las tiendas de barrio y al comercio de proximidad», declaró la regidora, acompañada durante la visita por sendos representantes de Citygrove –la promotora que junto a otro fondo, Burlington, ha invertido 50 millones de euros en el nuevo parque comercial– y la empresa constructora encargada de llevar adelante las obras, Copsesa.
Porque ha transcurrido un año desde que el Consistorio y los promotores se propusieron llegar a final de obra en diciembre de 2020, sí, pero ha pasado más tiempo desde que el municipio empezara a dibujar la hoja de ruta alrededor del 'plan Bahía Real'. Por eso, Bolado también quiso «valorar el trabajo llevado a cabo durante tres años por los técnicos municipales y el compromiso de todos ellos para que este proyecto saliera adelante».
Alrededor de Mercadona, en cuya construcción han participado 26 proveedores y 121 personas empleadas, según informa el Ayuntamiento, Bahía Real irá creciendo a lo largo de las próximas semanas para estar, «en marzo, al 100% de capacidad», como ya avanzaron hace unas semanas fuentes de Citygrove. Las puertas se irán abriendo progresivamente, especialmente en el 'sprint' de diciembre antes de la campaña navideña, desde Juguettos, Jysk, Tiendanimal, Milbby, Max Colchón, Sports Direct, Mimma Gallery, Maisons du Monde o Sould Park, entre otras firmas entre las 23 que en total se instalarán en el parque comercial.
Aunque ninguna de esas empresas ha levantado la persiana todavía, basta poner un pie en las nuevas instalaciones del recinto para entender la dimensión del proyecto, «el más importante del último cuarto de siglo en el municipio», como viene considerando la alcaldesa Esther Bolado desde el primer día en que se presentó el plan a los vecinos. Esa magnitud se notará, si llegan, en los 400 empleos directos y otros 500 indirectos que los representantes del fondo británico ya garantizaron crear, una promesa que ya desde hace semanas se viene traduciendo en una 'oleada' de currículos en el buzón de Bahía Real; pero se siente ya en la confianza y el desánimo a partes iguales que ha generado el nuevo vecino en el comercio local. Con todo, las tiendas del casco viejo confían en «resistir».
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