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Lo publicaba este periódico el pasado 26 de febrero: la Policía Local pedía «voluntad» a Camargo para evitar la marcha de agentes a Santander. Hoy, lo que entonces era un aviso por parte de la Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) ya es una ... realidad evidente en la comisaría. El municipio ha perdido esta semana a los cinco agentes que aspiraban a las nuevas plazas convocadas por el Ayuntamiento de la capital. Hoy tomarán posesión de su cargo, lo que adelgaza la plantilla hasta 24 «insuficientes» efectivos, como califican desde el sindicato, preocupado a su vez de la marcha de los agentes más experimentados.
Y las razones son las de siempre, las condiciones de trabajo. No sólo la cuestión salarial, que también, sino las «seguridad», aseguran los policías, que concede el mero hecho de trabajar bajo unos «mínimos». Patrullar junto a compañeros con experiencia y con cierta desenvoltura en situaciones complicadas, disponer de los días libres... «Tranquilidad», como han llegado a definir en más de una ocasión los representantes de la plantilla en CSIF, que consideran hasta «lógica» la marcha de los agentes a Santander o a otros municipios, donde «las condiciones de trabajo son muchísimo mejores».
Después de una negociación que empezó bien pero terminó siendo infructuosa -el desencuentro llegó a ruptura a finales del año pasado-, las posiciones de Ayuntamiento y sindicatos siguen sin aproximarse del todo. El diálogo, aunque existen contactos esporádicos, está básicamente parado a la espera de que las reuniones entre la concejalía de Obras, Personal y Policía Local de Íñigo Gómez y los sindicatos sentados a la mesa -CSIF, UGT y CC OO- vuelvan a ser un punto habitual en la agenda municipal. Esa es la aspiración máxima que traslada el edil, quien reconoce la marcha de los cinco uniformados como una «merma», sí, aunque tampoco como un motivo para contemplar un problema de seguridad en Camargo.
Íñigo Gómez, Concejal de Policía Local
América González, Delegada de CSIF
No opina lo mismo la delegada del CSIF, América González. «No damos abasto. Ahora precisamente que estamos en un momento tan delicado y en el que los Ayuntamiento están pidiendo más vigilancia alrededor del 'botellón' y las medidas de seguridad, esto supone un deterioro muy importante», lamentaba la representante sindical, que avanza la convocatoria de más plazas de movilidad en otros municipios, desde Marina de Cudeyo hasta Noja. Dice lo mismo que dijo en febrero: «Hay compañeros que se van a presentar».
Más allá de ambas posiciones, el problema ahora es que no existe punto de encuentro. La ruptura de la negociación entre el Ayuntamiento de Camargo y el cuerpo de Policía Local, en diciembre de 2019, dibujó un escenario con poco margen para la armonía dadas las explicaciones de ambas partes. Los agentes quieren ver mejoradas sus condiciones; el equipo de gobierno, sin embargo, asegura estar con las manos atadas para avanzar por esa vía.
Para hacerse una idea, la última casilla de cierto entendimiento fue el de un contrato verbal para acordar un aumento de las horas de trabajo a cambio de una mejora salarial. Pero las palabras se las llevó el viento, y unos días después la Junta de Gobierno decidió tumbar el acuerdo alegando no poder incurrir en un «agravio comparativo» para con el resto de funcionarios. «Ahora hay que volver a sentarse, negociar y tratar de encontrar una salida para mejorar las cosas», extrae Gómez, uno de los protagonistas de ese principio de acuerdo, finalmente desbaratado.
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