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El Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil investiga desde hace dos meses el abandono del cuerpo sin vida ... de un caballo en una finca de Revilla de Camargo, justo en el límite entre el barrio El Carmen y La Sierra de esta pedanía. Tapado con un plástico, el cadáver del animal yace desde entonces, y su proceso de descomposición preocupa cada vez más a los vecinos que frecuentan la zona. El hedor ya es «insoportable», clamaban ayer algunos de los residentes, que reprochan a su propietario, que ya está siendo investigado por el puesto de Selaya -que se encarga de esa zona cuando se trata de estos asuntos-, la desatención de estos restos situados apenas a dos metros de la carretera y a 150 de algunas viviendas.
El instituto armado investiga este caso desde el pasado mes de enero. Ya entonces, y tras el aviso que los vecinos dieron a la Policía Local de Camargo, el Seprona procedió a instruir diligencias contra el dueño del caballo, en calidad de investigado por el abandono del cadáver. Dos meses después, y de nuevo ante las quejas de los residentes del entorno de El Carmen, los efectivos de la Guardia Civil denunciaron una segunda vez al propietario, esta vez por no retirar los restos del animal, que sigue en proceso de descomposición ante la impotencia de los moradores que asisten a la escena. «Esto no puede ser. ¿Nadie puede llevarse al animal?», se preguntaba ayer una de estas voces, que prefirió no dar su nombre para la noticia, testigo inmediato del abandono del mamífero.
Porque el caso, ya en conocimiento del Gobierno regional a través del informe proporcionado por la Benemérita, viene preocupando y mucho a los vecinos de Revilla, que claman por la falta de salubridad y las condiciones con que el propietario se ha deshecho de los restos. «Hay días en los que directamente no se pueden abrir las ventanas del hedor, sobre todo si hay viento sur», lamentan los testigos, antes de señalar el «mal estado» en que se encuentra un ganado criado en esta misma finca.
La consejería de Desarrollo Rural, Ganadería y Pesca quiere poner fin a este tipo de prácticas con una nueva Ley de Protección y Bienestar Animal, una norma que se propone actualizar la que hoy está en vigor, de 1992, y castigar más duramente este tipo de actos. Salida a información pública en enero, la ley endurecerá así las sanciones por abandono o maltrato con multas de 6.000 a 60.000 euros, pasando a tipificar estos dos hechos como faltas de «graves» -y no mayores de 600 euros- a «muy graves». El Ejecutivo contempla incluso la posibilidad de crear un grupo específico de rescate para actuar ante avisos de animales desatendidos.
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