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El Ayuntamiento de Camargo ha presentado este martes la última edición de la revista Yesca, una publicación especializada sobre micología que edita la Sociedad Micológica Cántabra, con sede en Camargo y que cumple ahora treinta y cinco años en circulación. La revista, una de las ... más longevas de España, ha logrado ser «muy reconocida» entre expertos y aficionados de toda la geografía nacional.
Así lo indicó este martes el alcalde de Camargo, Diego Movellán, que agradeció al colectivo su aportación a la divulgación de la cultura, ya que, dijo, esta entidad «ha formado parte del tejido asociativo de Camargo» y «es muy activa en el día a día». A su juicio, «hablar de la Sociedad Micológica de Cantabria es hablar de uno de los mejores embajadores» del municipio.
Durante la presentación de Yesca, Movellán estuvo acompañado por el concejal de Medio Ambiente, Cristina Armada, el presidente de la Sociedad, Valentín Castañera y el coordinador y tesorero de la entidad José Ignacio Gárate y Antonio Del Piñal, respectivamente.
Patrocinada por el Ayuntamiento de Camargo, la revista mantiene este año su estructura habitual, incluyendo una colección de artículos especializados sobre micología a los que, en esta edición, se suman dos específicos sobre el oso pardo y las garrapatas, dos de los peligros a los que se enfrentan los aficionados a la micología y excursionistas cuando salen al monte.
El primero está elaborado por la Fundación del Oso Pardo y recoge una serie de recomendaciones ante posibles avistamientos, habida cuenta de que el cambio climático está contribuyendo a que el oso pase menos tiempo en hibernación. El segundo profundiza en uno de los parásitos transmisores de infecciones más comunes, la garrapata, y da recomendaciones de cómo prevenirse y cómo extraerla del cuerpo en caso de ser picado.
En esta ocasión, la fotografía de la portada de la revista corresponde a una 'Cotylidia pannosa', captada por Javier Miguel Pacheco y la de la contraportada, a una 'Mycena Crocata', de Daniel Alonso.
En el acto, el presidente de la Sociedad, Valentín Castañera, resaltó el apoyo recibido por parte del Ayuntamiento camargués a la labor de la entidad y aseguró que desde el colectivo se organizarán próximas iniciativas pese a que esta haya sido una temporada «catastrófica» para la recogida de setas. Las altas temperaturas y la escasa presencia de lluvias en la región hacen que las perspectivas para los expertos no sean muy buenas para esta temporada. «Todo depende de que el viento sur se siga instalando; si es así, será fatal para las setas», apuntaron desde el colectivo.
En noviembre, la Sociedad organizará jornadas micológicas en Colindres y Camargo y antes, la próxima semana, impartirá un curso de formación especializado en el Centro de Formación de Camargo. También está prevista una formación, que completa un curso anterior, de microscopía y protocolo para la localización e identificación de macromicetes, setas que salen en las marismas de Alday.
En cuanto a la incidencia que los cambios climatológicos están produciendo sobre la micología, desde la Sociedad lamentaron que hay especies que antes eran muy comunes en la región que ya «hace años» están en peligro de extinción. Una lista roja de especies que habría que actualizar, ya que, según sospechan desde el colectivo, puede haber muchas más.
Precisamente, a este respecto, el presidente de la Sociedad aseguró que tienen previsto una reunión para establecer qué especies «nos están abandonando» en la región a consecuencia de los cambios en la climatología y cuáles, por el contrario, están llegando. Por poner algunos ejemplos, citó que la 'Amanita Caesarea' es una especie de seta que se da en la zona mediterránea pero que ha empezado a aparecer en castaños y robledales cántabros. De hecho, este año, apuntó, «sale más de lo normal» en la región.
En Camargo, concretamente en las zonas boscosas de Parayas y del Pozón de la Dolores, la más habitual es la de pradera, un champiñón común que suele confundirse con el 'Agaricus Xanthoderma', una especie tóxica que también aparece con asiduidad en el municipio. Fundamentalmente, estas dos clases de la misma familia se diferencian porque la segunda, la tóxica, amarillea al ser tocada y desprende un olor a yodo, que se intensifica con la cocción.
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