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La figura del siglo XVII ya ha vuelto a la parroquia de Revilla. Después de cinco meses fuera de casa, los trabajos de restauración sobre ... la imagen de la Virgen del Carmen ya han sido terminados, justo a tiempo para la celebración de las fiestas que, además, recuperarán la agenda tradicional después de dos ediciones limitadas por la pandemia. La patrona ha recibido los cuidados de la Fundación Santa María de Toraya, un escrupuloso trabajo de restauración encargado por la parroquia que, al margen de reparar algunos desperfectos fruto del paso del tiempo, se ha centrado en recuperar la esencia de esta valiosa talla de madera datada en el año 1616.
Esos 405 años de antigüedad no pasan en balde. El deterioro de la imagen del Carmen ya era un asunto debatido en la parroquia y la pedanía. Más que nunca en estos últimos años, cuando la patrona ha sido presentada sin sus hábitos de siempre, el desgaste ha sido más revelador que nunca. «Estaba en mal estado y necesita un poco de 'maquillaje'. Hacía falta arreglarla», reconocían en la pedanía hace unos ocho meses, cuando fueron encargadas las labores de mejora.
Para hacerse una idea de los trabajos, la figura de la patrona de Camargo ha recuperado no sólo un poco de color sino también un dedo y la piel tersa con la que fue concebida en el siglo XVII. Grietas en la barbilla, la cara, también en el niño Jesús... Todos estos signos de la edad eran todavía más evidentes por culpa del pavoroso incendio que, en 1965 -precisamente en el Carmen-, casi carboniza por completo no sólo la imagen sino múltiples bienes del templo.
El tiempo, la humedad, el calor de las velas, todo ha sumado. Entre los siglos, la conservación y todo este cúmulo de circunstancias hacían necesaria la rehabilitación física de la santa más adorada del municipio. De hecho, venía siento una demanda popular bastante apoyada entre los devotos de Revilla y el resto de pedanías. De ahí la elección de la Fundación Santa María de Toraya, una entidad con amplia experiencia en la conservación del arte y el patrimonio religioso de Cantabria y que ya en su día se hizo cargo de la restauración del retablo de la Iglesia de San Miguel de Calva.
Desarrollado fundamentalmente en los meses de octubre, noviembre, febrero y marzo -porque la imagen volvió a la iglesia por Navidad-, el minucioso trabajo de la entidad se ha visto retrasado por las condiciones de humedad que han acompañado al invierno. Según afirman desde la fundación, solamente el secado de las nuevas policromías y los barnices ha tomado más tiempo del esperado.
Sea como sea, la Virgen luce mejor que nunca para el mejor momento posible. Faltan dos meses para que la pedanía de Revilla y toda Cantabria rindan su tributo anual a la patrona. Vuelven las fiestas del Carmen y, además, lo hacen como siempre. Después de dos ediciones reducidas a la mínima expresión por culpa de la pandemia, este año se volverán a recuperar las viejas rutinas del 7 al 17 de julio: verbena, juegos, música, actividades, puestos comerciales... La comisión de fiestas ya está ultimando los prolegómenos de esta cita tan esperada.
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