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. No habrá campo de regatas en el pantano del Ebro antes de un año. La necesidad de introducir cambios en el proyecto para cumplir la normativa respecto a la profundidad del embalse retrasará varios meses la actuación prevista en la localidad de La Población de Campoo de Yuso, cuyas obras aún no habían dado comienzo. Así lo comunicó la consejera de Deportes, Eva Guillermina Fernández, que visitó el lugar en el que se ubicará el campo de regatas acompañada del alcalde, Eduardo Ortíz (PRC), y del presidente de la FederaciónCántabra de Remo, Víctor Canal. Fernández adelantó a su vez que la reformulación del proyecto lo encarecerá un 15%.
Falta de calado El pantano se encuentra al 44% de su capacidad en la fecha en la que más agua retiene.
Balizas Dos de las balizas están fuera del agua y la normativa establece que deberían estar a cinco metros
Cambio climático El embalse lleva años experimentando fluctuaciones de varios metros
El problema con la consecución del plan establecido, que lleva adjudicado desde enero de 2023, es la falta de calado del embalse. Un déficit que la consejera atribuye a dos factores. Por un lado, el cambio del régimen de gestión del pantano, que ya no cuenta con el agua que aportaba el embalse de Itoiz, y que ha dado como resultado que el nivel del agua del Ebro «sea más bajo que en los últimos años, especialmente en verano». Por otro, la evidente sequía producida por el cambio climático. Ambas circunstancias interfieren en la ubicación de las balizas situadas en el pantano, que no se adecúa a la normativa ni a lo establecido en el contrato En este momento, «hay instaladas nueve balizas a lo largo de dos kilómetros de largo y 300 metros de ancho». Dos de ellas se encuentran fuera del agua, cuando el reglamento de la entidad deportiva establece que «los postes instalados en el agua estén en todo momento bajo una profundidad mínima de cinco metros, condición que claramente se incumple», a pesar de que el pantano este al 44% de su capacidad en la fecha en la que más agua retiene. A esto hay que añadir que el embalse del Ebro lleva años experimentando fluctuaciones de al menos cuatro metros, por lo que no existe garantía de que esa profundidad se mantenga estable.
Sin embargo, para el regidor regionalista, Eduardo Ortiz, y el presidente de la Federación, Víctor Canal«no es de vital importancia» cumplir con la norma establecida, ya que las actividades deportivas se realizan en los seis primeros meses del año, que es «cuando más agua hay en el embalse». Un punto de vista, el de ambos, que no comparte la consejera. Fernández aclaró que el contrato «requiere que se cumplan estas condiciones y eliminarlas implicaría modificar el proyecto e iniciar un nuevo proceso». La consejera declaró que «la voluntad de sacar adelante el campo es absoluta», pero que es «prioritario» ejecutar de manera eficiente los proyectos y contratos que se firman. «Habrá que buscar alternativas». Y esperar unos cuantos meses más.
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