Campoo exhibe sus raíces en Reinosa

El sol espantó por fin a las nubes de días anteriores en los que hubo que suspender, incluso, algunos de los actos tradicionales de San Mateo –como el concurso de bolos–. El termómetro pasó de los 25 grados y las calles sabían y olían a campo. El folclore, las jotas, los bailes, las panderetas o las rondas cantando a pleno pulmón aquello de 'A la orilluca del Ebro' pusieron la banda sonora al desfile que se inició, pasadas las cuatro de la tarde, partiendo desde Cupido a la Fuente de la Aurora.

Previamente, dio tiempo para disfrutar de las tradiciones en todos los rincones y plazas de la capital campurriana. Los bares desplegaron las terrazas y las barras en la calle, mientras las rondas cantaban y los grupos de danzas bailaban. El colorido estampado de las pañuelos de ellas contrastaba con la sobriedad de las boinas, fajines, pantalón y chaleco de ellos, calzados con albarcas y sin faltar la vara para arrear al ganado o la bota de vino para refrescar el gaznate.

Todo, como antesala del Desfile de Carretas Típicas que llegó después de comer con la familia. Se trata de una de las dos fiestas de Interés Turístico que tiene San Mateo (junto a las carrozas artísticas) y que este domingo marcó el ritmo de la jornada de despedida. Y aunque el desfile se realizó a primera hora de la tarde en Reinosa, lo cierto es que el jolgorio comienza mucho antes en los pueblos que participan en el concurso. Por ejemplo, los de Requejo (que no han faltado a ninguna edición de la fiesta), tienen convite antes de partir con las parejas de Tudanca a desfilar por Reinosa. De hecho, siempre llevan para participar, fuera de concurso, el carro de los torreznos que tampoco faltó en esta edición. Se trata de un montaje que se lleva haciendo más de cuarenta años y que el público siempre espera con mucho apetito y expectación.

Y es que la pequeña localidad de Campoo de Enmedio presentó ocho de las 18 carretas que concursaron y raro es el año que no consigue premio. Esta vez no fue distinto a los anteriores y se llevaron, entre otros, el cuarto premio con la carreta 'A la fuente voy a por agua' de Los Indomables.

Junto a los clásicos de Requejo participaron en el desfile otras diez carretas procedentes de las localidades de Izara, Retortillo, Villacantid, Proaño, Salces, Orzales, Valdeolea, Reinosa, Nestares, Fontecha y Villar.

Cada una de las creaciones contaba una historia, una escena de campo cotidiana en la que no podían faltar las tradiciones como la siega, los viejos, las modistas o los panaderos de Orzales. Entre carro y carro, los campurrianos bromeaban e interactuaban con el público aportando la nota de humor que nunca falta en el desfile. Y es que el jurado valora no sólo el carro y la pareja de vacas, sino también el acompañamiento y la comedia que pongan en escena los distintos participantes.

Precisamente para ver ese espectáculo, por la avenida principal del Puente de Carlos III no cabía un alma más, y en las ventanas de los viejos edificios de Reinosa se asomaban aquellos que tenían más suerte y disfrutaban de una atalaya de lujo para ver el desfile sin calor ni aprietos. Ya en la PLaza de España, las autoridades tenían un sitio preferente y, junto al alcalde de la ciudad, José Luis López (PP), se dejaron ver desde primera hora el expresidente regional Miguel Ángel Revilla y varios diputados y mandos de su partido. También el líder socialista Pablo Zuloaga se sentó en el palco junto a los alcaldes campurrianos de todo signo político. La presidenta regional, María José Sáenz de Buroaga, llegó más tarde con parte de sus consejeros, y se incorporaron a mitad del desfile. Habían participado en la manifestación que el PP había convocado en Madrid contra la Amnistía, pero volvieron a tiempo para participar en una de las fiestas con más solera y defensa de las costumbres del campo.

El día, en su conjunto, fue un recorrido por las tradiciones y la historia de los pueblos y el premio es el aplauso de las miles de personas que se suman cada año para ver el desfile de las carretas tiradas por vacas tudancas. Con esta jornada se pone punto y final a un San Mateo multitudinario, en el que los reinosanos han disfrutado a tope de sus tradiciones a lo largo de más de dos semanas de fiesta.