Campoo quiere tener un futuro

Una manifestación recorrerá Reinosa mañana sábado, 19 de noviembre, a partir de las 12.00 horas, desde el parque de Cupido hasta el Ayuntamiento. La cita, a la que está llamada a participar toda la sociedad campurriana, se prevé multitudinaria, o al menos eso quieren que pase los que la empujan porque es lo que perciben ya en la calle. Y es que un espíritu de lucha por salir del bache en el que se ha hundido Campoo recorre ya toda la comarca desde que, el pasado 10 de noviembre, las secciones sindicales de CCOOy UGT Cantabria decidiesen convocar la movilización para «poner el foco en la situación económica que atraviesa la comarca» y reivindicar «un futuro para Campoo» ante la incertidumbre que se está generando en los últimos tiempos debido a varios factores como la crisis energética y la pandemia. A ello se suman las complicadas noticias que salpican de inestabilidad laboral a las tres grandes factorías con sede en Reinosa: Gamesa, Sidenor y Forgings and Castings. Una situación delicada que se extiende también a otros sectores ya muy ahogados como el comercial, el hostelero y el agrícola o primario. A todo ello se suma que Reinosa y la comarca llevan varios años acusando la constante pérdida de empleo y de población que no hay manera de frenar.

Es por ello que estos días, en una carrera contrarreloj, las dos secciones sindicales han cosechado apoyos de todos los sectores. «Se nos han sumado los once alcaldes campurrianos», señala al respecto Álvaro Ruiz, delegado de Gamesa por CC OO. Los estudiantes de «todos los institutos y colegios de la comarca», los hosteleros, los comerciantes, la sanidad, colectivos vecinales, deportivos o culturales... Todos ellos han anunciado ya su apoyo a la manifestación y partirán juntos mañana sábado con un único lema: 'Campoo quiere futuro, sin empleo no hay comarca'. Una frase con la que quieren sumar a todos y en la que aseguran que no caben las siglas ni colores políticos solo la unidad frente a la adversidad del duro invierno que se avecina.

Relatan que la semana ha sido «intensa» con muchas reuniones y pegada de carteles. «Hemos forrado Reinosa, pero también los pueblos de alrededor, de carteles porque creemos que es importante que todos estemos allí», incide.

En la calle, El Diario Montañés ha preguntado esta semana a los protagonistas y una gran mayoría de los consultados comparte que Reinosa y su comarca tienen que alzar la voz por el futuro que ahora no tienen allí los jóvenes. «Reinosa y Campoo tienen que ser una sola voz», explicaba un empresario local. «Tenemos que revertir esta situación», aportaba también Jon Cabo desde la asociación de comerciantes local. Una idea que coincide también con la de la joven hostelera Alexandra Fernández. «Si cierran las fábricas nos vamos a pique. Hay que estar allí», animaba.

El director del Instituto de Enseñanza Secundaria Montes Claros de Reinosa, Norberto García, lo tiene muy claro: «sí» acudirá a la manifestación convocada por los sindicatos campurrianos para éste sábado. No solo lo hará él, está seguro que también lo apoya la mayor parte de la comunidad educativa y social de la comarca. Estos días han convocado a los delegados de todos los cursos del instituto para hablarles de la convocatoria, pero también para reunirles con las personas que les puedan explicar, de manera directa, los motivos de querer movilizar a toda la sociedad campurriana mañana. «No hay nada peor en una comarca que percibir su muerte por inanición», afirmaba García a preguntas de El Diario Montañés sobre los motivos que le mueven a apoyar la reivindicación en la calle. «La comarca y Reinosa en particular vamos en sentido contrario a la evolución, involucionamos en población, en servicios, en tejido industrial y comercial...», enumeraba.

Una caída en picado que se ha agudizado con la pandemia, pero que él ya percibía desde la crisis de 2008 y también ahora por los malos augurios que llegan desde el tejido industrial. Se refiere a la situación que atraviesan las fábricas Gamesa, Sidenor o Forgings and Castings. Como docente en un instituto que imparte grados de Formación Profesional explica que los jóvenes «no pueden ser ajenos a esta realidad, porque la Formación Profesional se nutre de esas empresas», incide. García aporta además otro dato que le preocupa especialmente y es que «cada vez hay más escolares de los que se marchan a la universidad que ya no regresan nunca». A su juicio, esto provoca que cada vez haya una población más envejecida, un comercio y una hostelería en retroceso «que nos lleva a una depresión generalizada», subraya. «Desde 2008 para acá no se ha levantado la cabeza», insiste el veterano docente campurriano, que cree firmemente en que una convocatoria social como la que se ha realizado con un cartel sin siglas ni colores políticos «es saludable y oportuna», valora.

«El hecho de que se unan colectivos vecinales, sindicales, sociales o políticos significa unir fuerzas porque esto es una cuestión de todos aquí no hay colores», insistía llamando a la unidad de acción de todos los colectivos. A su juicio, la manifestación de mañana es una jornada «para remover las conciencias de todos y mover el árbol de las administraciones» en sentido de progreso y «futuro» para la comarca.

A sus 43 años a Seila le queda aun mucha cuerda para luchar por su tierra. Estudió Derecho y Relaciones Laborales en Madrid, pero las circunstancias familiares y el amor a su comarca le hizo regresar al negocio de hostelería de sus tíos en el centro de Reinosa. Conocida por su activismo en asuntos como las inundaciones o el problema que generó la pandemia en el sector hostelero y comercial, ella es de las que opinan que mañana hay que estar en la calle porque es un problema de todos. «Somos los eternos olvidados de toda Cantabria», resume. Su explicación para que pase esto es la «dejadez» de las Administraciones y «la falta de empatía» que se ha demostrado con la comarca campurriana.

La manifestación la convocan los sindicatos de las grandes industrias pero Seila opina que hay que apoyarlos porque el problema es común y salpica a toda la sociedad. «Es todo una cadena y estamos ya al borde del abismo», opina. Está de acuerdo con alguno de sus compañeros con que la pandemia y las inundaciones han acabado de «dar la puntilla» para la decadencia de una comarca enferma de despoblación y en continua pérdida de activos comerciales e industriales, pero ella insiste en que no es sólo eso. «Es el abandono y el olvido de esta comarca», sentencia. Como miembro de una familia hostelera es especialmente crítica con el Ayuntamiento porque dice que su sector no ha encontrado «empatía» en ellos. Pone como ejemplo la actual exigencia para instalar terrazas metálicas «que cuestan 20.000 euros» y que muchos no pueden permitirse.

Pero volviendo a la movilización social convocada para mañana, Seila tiene claro que algo hay que hacer. «Ver agonizar tu tierra natal da mucha pena», reflexiona. «Reinosa es la entrada comercial, la capital, pero hay muchos lugares a su alrededor en los que fomentar el turismo y no vemos acción por parte de las administraciones, la comarca, la zona sur de Cantabria, es la eterna olvidada», repite una y otra vez.

A su juicio salir a la calle es más necesario ahora «para que los vecinos despierten y pidan como ciudadanos a las administraciones que busquen soluciones y una eficiente gestión de sus recursos en todos los ámbitos», resume. Reclama un plan, una hoja de ruta para el futuro con medidas objetivas y «plazos que se cumplan», no quiere papel mojado. Para ella, la manifestación de mañana tiene que ser «la primera de muchas más» porque «si no te mueves no vas a conseguir nada», sentencia.

El comercio de Reinosa siempre ha sido solidario con las movilizaciones en las fábricas y esta vez no será distinto. Así lo refleja Ana Isabel Fernández, una conocida comerciante local que regenta la zapatería Chátara en el centro de la capital campurriana. «Por supuesto que lo apoyaremos, porque para nosotros la industria también es muy importante, va ligada al comercio», explica. «Dice un refrán que cuando las fábricas de Reinosa estornudan, toda la comarca tiene neumonía», añade.

Sabe de lo que habla, es comerciante local desde hace más de dos décadas. «Llevo veinticuatro años con este comercio, hemos pasado crisis y muchas épocas mejores y peores, pero sí que es verdad que desde la pandemia para acá ha sido bastante bajón, aunque el comercio tuvo momentos buenos ya que la gente –como no se podía mover– compraba aquí, pero ahora es diferente, está todo muy tranquilo», reflexiona.

¿Cómo cree que afectaría la deslocalización o el cierre de una fábrica a esa tranquilidad? «Pues mal, le afectaría enormemente», responde.

Ana Isabel es hija de comerciantes de toda la vida y ella tuvo la oportunidad de quedarse en el pueblo en el que nació a trabajar pero sabe que parte de sus hijos que estudian fuera seguramente no podrán hacerlo. «Son reinosanos les gusta venir y tienen sus amigos aquí y les gusta reencontrarse con amigos pero no tienen futuro aquí», lamenta.

En cuanto a las fábricas recuerda que antes, cuando era pequeña, los directivos venían a vivir y eso dinamizaba la comarca. «Llegaban con la familia y sus hijos iban al colegio con nosotros, la mujer compraba en Reinosa... pero ahora los ingenieros que llegan viven fuera y solo vienen a trabajar o teletrabajan, no hay fuente de ingresos de toda esta gente», opina.

Recuerda también con orgullo que los comerciantes han sido siempre solidarios con el resto de colectivos. «En la riada hubo una movilización importante para dar ayuda a toda la gente afectada, se sorteó una cesta enorme y se destinó ese dinero en centenares de deshumidificadores que se repartieron a los damnificados. Prestamos ayuda entonces y lo haremos ahora también», afirma. No obstante, recuerda a todos estos colectivos que es importante que la ayuda sea recíproca, ya que el comercio necesita apoyo para que ese tejido social siga latiendo. «Siempre que las fábricas nos han pedido ayuda nos hemos volcado como volveremos hacerlo, pero que sean conscientes de que el comercio también tiene que comer», concluye.

Eduardo Lamadrid es un joven empresario campurriano de 32 años. Pertenece a una conocida familia de hosteleros con una importante implantación en la comarca y que da trabajo a unas setenta personas (el Grupo Vejo). Tiene claro que mañana hay que estar en la manifestación y lo piensa así por la realidad que ve a su alrededor. «Está claro que Reinosa ha ido a menos en términos de población», opina Lamadrid que contextualiza lo que pasa con lo que vive su sector. «Yo voy a hablar de hostelería», explica poniendo ejemplos gráficos del declive que percibe. «Ha bajado mucho el ocio nocturno, lo que antes era la famosa zona de Reinosa es prácticamente inexistente y eso nos lo tenemos que hacer mirar». Afirma rotundo que ahora mismo los jóvenes «están fletando autobuses para ir de marcha a Aguilar de Campoo y lo pagan de su bolsillo, eso será porque no tenemos capacidad de tener más bares», reflexiona. «¿Y porqué pasa eso? Pues porque Aguilar tiene una frenética vida laboral, tiene Gullón y otras empresas a las que se está apoyando y siguen creciendo y, cuando eso pasa, tiene un efecto llamada», argumenta.

A su juicio, si Reinosa y la comarca no puede competir con Aguilar de Campoo «es una muestra clara que el municipio va a menos», compara. Insiste en que el sector que está creciendo un poco (pequeñas casas rurales o alojamientos) está bien pero no es suficiente para que la comarca levante la cabeza porque genera muy poco empleo y hace falta algo más de apoyo al tejido industrial, comercial o de servicios. «Hay que tener en cuenta que Reinosa fue la tercera población en importancia frente a Santander y Torrelavega. Ahora nos han adelantado por la derecha mucha gente», lamenta.

Eduardo estudió en Madrid y es de los pocos que ha regresado a su tierra. Relata que muchos de sus amigos no han podido hacer lo mismo por falta de oportunidades. «La población baja pero es que además envejece y a la larga es un problema gordo que vamos a tener», sentencia.

A los políticos en general (locales y regionales) les envía un mensaje. «Creo que se tienen que centrar más en el interés común y no pensar solo en disputas internas», les lanza. A nivel regional entiende que hay que «pelear más en Santander porque decimos que Cantabria es infinita pero hay que recordar que no solo lo es de este a oeste por la linea de la costa, también de norte a sur; que Reinosa somos el enganche con la península y que esperamos con ansia que nos llegue el AVE», reivindica.

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