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Si hace unas semanas eran los vecinos de Frama, Cabariezo y Cabezón de Liébana quienes hacían público su temor por el peligro que supone la continua presencia de osos cerca de esos núcleos de población, ahora son los habitantes de la Merindad de Campoo, ... en especial en la Hermandad de Campoo de Suso, los que se enfrentan a una situación similar, donde se están produciendo continuas incursiones de plantígrados que destrozan colmenares.
Ese merodeo de osos está provocando una comprensible alarma en la zona, ante un cambio en el comportamiento de los animales que «están perdiendo el miedo» y llegan «cada vez más cerca» de los pueblos, como advirtió Javier de Celis, portavoz de la Asociación de Apicultores Campurrianos.
Según explicó, el oso ha venido causando daños en colmenares de Abiada, Suano, Naveda, Celada y Mazandrero desde el pasado mes de abril –«mucho antes de lo habitual»–, pero la preocupación por su mayor descaro ha aumentado después de que una pareja se topara con uno de ellos en esta última localidad hace apenas una semana. Según relataron José María Puente y Mariluz Martínez, un matrimonio de Mazandrero, el encuentro se produjo sobre las nueve y media de la noche, cuando volvían caminando al pueblo desde su nave de ganado por un sendero. La reacción del mastín que les acompañaba, que se encaró con el oso, un joven ejemplar, bastó para ahuyentarlo en esta ocasión.
En cuanto a los saqueos de colmenas, éstos se deben tanto a a la atracción que sienten los osos por la miel como a su afición por comer las larvas de abeja de los panales. El pasado 9 de abril se produjo el primero de esos ataques en Campoo, cuando Diego Rodríguez tuvo que lamentar en Naveda la pérdida de nueve de sus colmenas. Allí, el oso no sólo provocó desperfectos en los recipientes, sino que el estropicio afectó a toda la finca, que terminó con el cerramiento dañado y con el terreno levantado al escarbar con sus garras. «Todo ello a pesar del pastor eléctrico que protege la finca», subrayó Rodríguez, quien lamentó que, el pasado 7 de junio, volvió a recibir su visita. «En Naveda estamos muy preocupados, somos varios apicultores aquí y todos hemos sufrido ataques», manifestó. A su juicio, estas repeticiones demuestran que los osos «han perdido el miedo».
Nieves Pérez, otra perjudicada, dice estar «curada de espanto» después de años sufriendo los desperfectos que provocan los osos en sus colmenares de Villar, Abiada y La Hoz, donde se ha producido el ataque más reciente, a finales de junio. que afectó a una veintena de colmenas. «Tengo un pastor alto y de cinco hilos», una protección que el oso evita al «escarbar mucho y pasar por debajo del alambre». Otras veces los animales optan por saltar el cerco, ya que, como ha observado en algunos de los ataques que ha sufrido, no hay rastros de tierra, pero sí de «pelos del animal» en el alambre superior.
La mejor prueba de la presencia de osos la obtuvo Javier de Celis la noche del 25 de junio, tras conseguir captar con sus cámaras nocturnas de seguridad la acometida de «un gran ejemplar» a su colmenar de Mazandrero, unas imágenes que ya «están en poder de la Consejería».
La Hermandad de Campoo de Suso es el punto de la comarca donde más ataques se están sufriendo, pero municipios anexos como Valdeprado del Río, Valdeolea y Santiurde de Reinosa también alertan de la presencia del oso, algo que se está convirtiendo en un problema común a todos ellos.
La presencia de osos en la zona fue uno de los temas que puso sobre la mesa el alcalde de Santiurde de Reinosa, Borja Ramos, durante una reciente reunión con el consejero de Desarrollo Rural, Pablo Palencia, a quien la asociación de Apicultores Campurrianos, Apicam –que critica que Palencia haya calificado estos continuos ataques como «pequeñas incursiones puntuales»–, también ha dirigido escritos reclamando soluciones.
La Consejería de Desarrollo Rural y la Fundación Oso Pardo renovarán el Plan de Recuperación, después de 35 años sin cambios, para adaptarlo a la actual situación de la especie, según informó el responsable del área, Pablo Palencia.Con este objetivo, el consejero ha convocado a una reunión el próximo día 17 a todos los alcaldes de las comarcas oseras de Cantabria, un amplio territorio que abarca Liébana, Campoo, Saja, Polaciones y Valderredible, «para definir una serie de actuaciones y un plan de cara al futuro» El presidente de la Fundación, Guillermo Palomero, reconoció que el oso, con una población de unos 370 ejemplares en la Cornisa Cantábrica, ya no se encuentra en peligro crítico de extinción, «y ahora hay que administrar ese crecimiento para que el oso sea positivo para el territorio y limemos los incidentes que pueda generar ese aumento de la población a los bienes y las alarmas que pueda generar su mayor avistamiento».
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