Secciones
Servicios
Destacamos
La familia Cobo Diego está «desesperada». Hace dos años que quisieron ampliar el negocio de su granja apícola Collados del Asón y se metieron en una inversión que supera «los 400.000 euros». Levantaron una nave en la localidad de Riaño (Solórzano) y compraron ... la maquinaria adecuada para producir la miel. Ese era el sueño del mayor de los dos hermanos, Alejandro, al que siempre le llamó, por tradición familiar, aquello de tener colmenas de abejas. Ahora, la ilusión por emprender en un núcleo rural despoblado se ha transformado en una pesadilla. Aunque parezca de broma, la culpa la tiene conseguir los permisos necesarios para instalar apenas 120 metros lineales de cableado para tener la luz que les tiene que instalar Viesgo.
Al pie de la carretera están Irene Diego y sus dos hijos, Alejandro y Jorge Cobo, de 35 y 24 años. Hace cinco que emprendieron juntos la aventura de crear su propia granja apícola, Collados del Asón. Comenzaron con las colmenas y decidieron ampliar negocio. Se liaron literalmente la manta a la cabeza. Se metieron en la construcción de una nave, la compra de maquinaria, contrataron a Sergio (de 21 años) y llegó el momento de solicitar la luz que necesitaban a Viesgo. Ahí empezó su pesadilla, el 22 de mayo de 2022.
Alejandro, el mayor de los hermanos, repasa con angustia las fechas de una odisea en la que se ha visto obligado a meterse para conseguir esos 120 metros de cable. «Primero se equivocaron con los datos de nuestra solicitud, nos llegó a nombre de otra persona y luego igual nosotros tuvimos culpa porque pedimos dos presupuestos, pero sería cosa de un mes o dos de retraso, no más», asume.
Así, entre papeles, transcurre casi un año y llegan al 28 de abril de 2023, cuando solicitan el pago del presupuesto que les habían pedido a Viesgo y, de nuevo, hay que cambiar los datos erróneos del solicitante. «Nos dicen que los precios han cambiado y volvemos a pedir la cuenta». Pasan de los 9.372 euros iniciales a «más de 13.000», añade. No queda ahí la cosa porque, entre medias, se dan cuenta de que necesitan menos metros de cable -«unos 120»- y vuelta a empezar. Es ahí cuando la familia recurre al alcalde, Santiago Campos, y «nos lo empieza a mover». Tras un breve periodo y algún cambio de potencia, Viesgo les remite por fin el presupuesto final, eso sucede el 11 de septiembre de 2023. En octubre, la familia paga la acometida y a partir de ahí se abre otro problema importante. «Nos dicen que hay que mandar separatas del proyecto a varios organismos. Solicitud al Ayuntamiento, a Montes, a Carreteras, a la Crotu... El Ayuntamiento y la Crotu nos lo agilizaron más o menos», relata Alejandro. No obstante, Urbanismo les indica que su solicitud está «parada» porque faltan los informes de Montes. Esto sucede ya en enero de este año, 2024, y Alejandro se persona en Montes. Allí le dicen que su solicitud no está tramitada. ¿Cuál es el problema?, se pregunta el emprendedor. Le responden que está en la bandeja de entrada de la valija electrónica. Es decir, que ni siquiera han abierto su solicitud.
Alejandro Cobo
Empresario agrícola
Llegados a este punto de la maraña burocrática, la situación «es límite». Alejandro y su familia están «desesperados». Han colgado una pancarta en la que se puede leer y palpar esa frustración. «Basta ya, 20 meses esperando sin luz. Gobierno de Cantabria, Ayuntamiento, Viesgo. Solución inmediata o será nuestra ruina», se puede leer desde la carretera.
Y lo está siendo ya, una ruina. En la nave de Solórzano la familia acumula maquinaria nueva que no puede utilizar y cuya garantía corre. Tienen el negocio a «menos de medio gas y estamos envasando en Reinosa». Son apicultores que practican la trashumancia y venden también enjambres de abejas, además de producir su propia marca de miel. Se han metido en más de 400.000 euros, están empeñados en préstamos y alguna de las ayudas que han pedido no se las pueden dar «porque nos falta la parte eléctrica». Aprietan los dientes cuando hablan de su historia, creen que desde el Consistorio ha habido «buena intención» para ayudarles pero no ha sido suficiente. Ahora el papeleo está en manos del Gobierno de Cantabria. «Se les llena la boca con el tema de la despoblación, nosotros hemos invertido aquí y mira la ayuda que nos dan», reflejan. Tienen buenas palabras, eso sí, para la Junta Vecinal de Riaño, «que nos ha ayudado mucho».
Santiago Campos
Alcalde de Solórzano
Alejandro y su familia solo quieren una oportunidad para quedarse y piden que les den ya una licencia por vía de «urgencia» para seguir funcionando mientras se resuelve el entuerto burocrático que está enterrando su negocio y afectando a sus vidas. «Así es muy difícil dormir», sentencian.
El Diario Montañés se puso ayer en contacto con las tres entidades mencionadas por la familia de apicultores. Desde Viesgo se muestra «comprensión» con el problema y se asegura que, en cuanto cuenten con los permisos de todos los organismos, «agilizaremos al máximo la ejecución de los trabajos y les daremos prioridad», informan fuentes de la compañía.
En Montes, la Dirección General explica que el pasado «viernes» ya se había enviado el documento a la Crotu y se niega que se hubiera quedado el asunto «atascado» en ese departamento del Gobierno de Cantabria. «Estamos en los tiempos de tramitación de un expediente de este tipo, unos dos meses», replican.
En el Ayuntamiento de Solórzano, el alcalde, Santiago Campos, asegura que se había «ayudado» a la familia desde el principio en «todo» y que así consta en el expediente municipal que «todo el mundo puede ver». «Y se les seguirá ayudando en lo que podamos», zanja. También dijo que «a mediados de febrero» el asunto irá a la comisión de la Crotu.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.