Dos dieces campurrianos en la EBAU

A los dos les costó digerir la noticia. Y eso que era buena. Pero tuvieron que mirar el ordenador varias veces hasta comprender que habían conseguido «mucho más» de lo que se habían imaginado. Cabe destacar que las notas que aparecen en esta información se han establecido sobre diez, nota que deparan los exámenes a los que concurren todos los estudiantes, sin tener en cuenta las diferentes asignaturas que pueden escoger para subir sus calificaciones.

Ambos necesitaban una calificación elevada para acceder a la carrera universitaria que querían. Alberto dudaba entre el doble grado de Matemáticas y Física, Ingeniería Informática o Ingeniería Electrónica. «Con la nota que he sacado me he decidido por el doble grado en Santander. Si veo que no soy capaz me cambio. Pero no quiero quedarme con las ganas», explica. Por su parte, Lucía siempre se ha decantado por el ámbito científico. «Me llamaba mucho la atención el trabajo de laboratorio. Por eso, voy a estudiar Biomedicina en Santander. El hecho de poder ayudar a la gente haciendo algo que me gusta me parece apasionante», añade la estudiante.

Llegados a este punto, muchos se preguntarán cuál es el truco para sacar las mejores notas de Cantabria. Especialmente si se tienen que enfrentar a esta misma prueba el próximo año. Ellos insisten en que la suerte no existe, y que sin constancia, no hay éxito. Aunque reconocen tener algunos métodos de estudio que les facilitan la labor. «Siempre me hago resúmenes. Me ayuda mucho a retener todo el temario. Los suelo hacer tres días antes del examen y así los dos días previos me dedico a leerlos y repasar», cuenta Alberto. Si se trata de una asignatura práctica, lo primordial, a su juicio, es «hacer ejercicios sin parar».

El método infalible de Lucía es la organización. «Siempre tengo un horario delante de mi escritorio y cada día escribo lo que voy a hacer». Además, puntualmente también pone en práctica el método Pomodoro, que consiste en usar un temporizador para dividir el trabajo en bloques de tiempo -generalmente de 25 minutos- separados por un breve descanso de cinco minutos. Después de cuatro bloques de tiempo de trabajo consecutivos, se toma un descanso más largo, de entre 20 y 30 minutos. «También tiendo a estudiar por imágenes. Por ejemplo, en Biología es muy útil. Si estudio las partes de una célula, me hago mis propios dibujos y cuando tenga que hablar sobre ello, mi mente se imagina mi propio dibujo», comenta Lucía.

Estos dos campurrianos hacen que parezca sencillo obtener las dos mejores notas de toda la comunidad, pero lo cierto es que han tenido que lidiar con la presión que supone alcanzar la nota necesaria, sumada a los errores que se han producido en la prueba de este año.

«El primer día de la EBAU nos quedamos en shock. La primera en la frente. Lógicamente eso nos trastocó el resto de pruebas. Los nervios, aunque no quieras, te condicionan. Porque ya no se van», explica Alberto. Igual que Lucía, que reconoce que los fallos iniciales le generaron inseguridad para el resto de día. «Igual que a todos mis compañeros».

Puede que suene a tópico pero ahora mismo, lo único que desean es descansar y desconectar con sus amigos antes de comenzar la universidad en septiembre. A Alberto le gusta pasar el tiempo en su casa de Valdeolea. «Allí soy feliz. Me relaciono con otra gente que me aporta mucho». Por su parte, Lucía tiene varios conciertos programados en estos meses, pero del que más ganas tiene es el de Harry Styles, en Madrid. «No veo el momento de estar allí».