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En el año 2015 el Ayuntamiento de Reinosa ejecutó las obras de saneamiento en las calles Quintanal, La Nevera y Travesía de La Nevera. Los trabajos, que incluyeron el relleno de un socavón –en una operación calificada en uno de los autos judiciales que falló ... a favor de los vecinos como «temeraria»–, fue el origen de un «calvario» que dura ya ocho años para los vecinos de estas calles. Los edificios permanecen en algún caso apuntalados, resquebrajados en sus fachadas, con grietas o con una ligera inclinación y tras una larga batalla judicial –que han conseguido ganar– se encuentran ahora a la espera de que se cumpla en su totalidad la sentencia y se arreglen sus inmuebles.
En una reciente resolución municipal a la que ha tenido acceso El Diario Montañés, el Ayuntamiento confirma a uno de esos afectados de la calle Quintanal, Javier Robles, que se están dando los pasos para cumplir con los fallos judiciales; es decir, «resarcir y dejar en su estado original» las viviendas dañadas de estas tres calles. Un proceso que se está «retrasando» más de lo debido según manifestaba a éste periódico varios de los afectados hace unos días.
Y es que la resolución marca tres etapas para la reparación del problema causado por las obras y solo se ha ejecutado una, que es la de poner unas pantallas transversales en la vía pública afectada por los daños. En este sentido, los vecinos llevan tiempo esperando que se ejecute la segunda fase que estaba prevista para octubre pero que aún no se ha iniciado pese a haber sentencia firme. Esta nueva etapa de la obra consiste en el recalce de los edificios inclinados con un «refuerzo del suelo en profundidad mediante inyección planificada de hormigón», relata de forma clarificadora una de las últimas sentencias a la que se ha tenido acceso. Sin embargo, los afectados lamentan que, en la citada resolución municipal del pasado 14 de septiembre, el Consistorio siga esgrimiendo «que no ha quedado definido qué tipo de obras deben acometerse sabiendo que tiene que reforzar los suelos en profundidad».
En base a este argumento el Ayuntamiento encargó previamente un análisis de los daños a reparar a la Fundación Leonardo Torres Quevedo y que aún no está definido. Al respecto, los propietarios apuntan que el Consistorio «no ha aportado todos los datos para poder ejecutar las obras fehacientemente como describe la sentencia, es decir mediante el refuerzo de hormigón de los suelos», indican.
Al margen de los retrasos, los afectados de la calle Quintanal y La Nevera lamentan que «nunca» han sido llamados por la Junta de Gobierno del Ayuntamiento de cara a que se les explicase todo lo relativo al caso y dar solución a los problemas «y han pasado ocho años», apostillan. No obstante, indican que, hace dos días, el Ayuntamiento les ha notificado que girarán visita a los inmuebles para hacer inventario de reparaciones.
Ahora ya respiran más tranquilos con sus sentencias firmes, pero recuerdan que han sido muchas las noches sin dormir por la preocupación de sus hogares agrietados y los miles de euros adelantados para batallar contra el Consistorio en este largo proceso judicial. Mientras esto pasaba, «el Ayuntamiento puso todo su poderío de medios económicos y técnicos para demostrar que lo que estaba ocurriendo no era producto de su actuación ni de su competencia», opina José Fernández, uno de los denunciantes que más se ha significado en esta causa para que se les hiciese justicia.
Y es que los propietarios tuvieron que contratar medios técnicos para demostrar lo que ellos consideraban evidente y que luego quedó plasmado en varias sentencias. «Tuvimos un gasto por duplicado, es decir, con nuestros impuestos pagamos las obras y la defensa del Ayuntamiento contra nosotros y con nuestros medios abonamos nuestra defensa para demostrar la realidad de lo que pasó», lamentan. «Es que no nos dejaron otra opción que acudir a los juzgados», afirma junto a José, otro de los afectados de Quintanal. recalcando que, mientras tanto, el Ayuntamiento «esgrimiendo que recurrían las sentencias por el bien común de los vecinos, apartaron a los propietarios, también residentes en Reinosa, de ese derecho», inciden.
Las sentencias finalmente llegaron, pero lo hicieron cinco años después de iniciarse el problema y a la fecha actual siguen esperando a que no se dilaten más los plazos y se ejecuten.
Estos afectados también rememoran cómo se inició todo esto. «En el año 2013 Daniel Ortega, el aparejador municipal, redactó el proyecto y certificó que no era necesaria la inclusión de un estudio geotécnico», afirma Fernández. Lo recuerda porque el estudio geológico encargado por los afectados –y que ese proyecto municipal no recogía– fue clave para que ganaran la batalla. El mismo se refería a que el origen de los daños se remontaba a las obras de renovación de la acometida general de aguas que discurre junto a la acera de la calle Torres Quevedo entre los años 2005 y 2010. «Se trató de una consecuencia porque esas obras agrandaron un problema que ya había», causando después los desperfectos.
En el último Pleno, el concejal de Obras, Álvaro Zabalía, fue preguntado por el asunto por parte de Reinosa en Común y contestó que estaban en ello. Previamente, a finales de octubre, se había realizado una comisión en la que se había informado a los ediles de estos asuntos. En el caso de Quintanal, La Nevera y Travesía de La Nevera, el Ayuntamiento precisó que se seguía con el cumplimiento de la sentencia y dando traslado al Juzgado de lo que se estaba haciendo; es decir, diversas actuaciones en la vía pública (pantallas transversales) «y la continuación con la redacción del proyecto pertinente para la consolidación de las cimentaciones de una parte de este entorno».
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