Fallece Antonio Ruiz, el panadero de Orzales

Antonio Ruiz, que fue enterrado ayer por la tarde en la más estricta intimidad familiar a causa del protocolo covid, fundó la panadería junto a sus hermanos a los 16 años, en 1948. Trabajador incansable, amante de la caza, los perros, los caballos y las tonadas, Ruiz se caracterizó siempre, y así lo reconocen sus hijos, «por su compromiso con los clientes, por no fallarles, tanto en la entrega diaria como en el acabado de los productos». «Buscaba las mejores harinas, la calidad y respetaba los tiempos y el proceso artesanal», unas pautas que son precisamente las señas de identidad de la actual Panadería Hijos de Antonio Ruiz, cuyos productos, que se empezaron a repartir en los inicios por los pueblos de Campoo de Yuso en carro y que después llegaron a Reinosa, se venden hoy también en Santander, Torrelavega y Aguilar de Campoo.

Este padre de familia, «cariñoso, alegre y disciplinado» era un «amante de las tradiciones», del folclore, pasión que transmitió y han heredado sus hijos, al igual que el respeto a la tierra, de la que siempre defendió sus virtudes y sus frutos. Así, en 2014, en presencia de toda su familia, una saga de seis hijos y nueve nietos, de la que Milagros González es la matriarca, fue distinguido con el premio Arveja de Oro que concede la Cofradía Gastronómica Nacimiento del Ebro. Se reconocía de esta forma su trayectoria, su dedicación y apuesta por el emprendimiento, trabajo que nunca se doblegó a las exigencias industriales de un mercado en el que comenzaba a primar la cantidad sobre la calidad con la introducción de cámaras y hornos eléctricos. En el horno de leña que Antonio Ruiz instaló en el viejo hangar del aeródromo de Orzales, convertido en panadería y residencia familiar, no sólo se siguen cociendo los panes, marca de la casa, también se preparan las deliciosas empanadas de carne y bonito.

En este sentido, Antonio Ruiz, el panadero de Orzales, no sólo deja un legado empresarial, unos clientes de los que siempre se sintió «orgulloso», sino también una gran familia unida que estos días no sólo llora su pérdida sino las dificultades para poder despedirlo.