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La historia ha vuelto a repetirse en Valdeolea, en concreto esta vez en el límite entre este municipio campurriano y el palentino de Brañosera, tras hallarse dos perros muertos y también un zorro, con indicios de haber sido envenenados. En el caso de ... los canes, las evidencias ya han sido certificadas.
Respecto a estos hechos, El Diario Montañés ya publicó el año pasado la proliferación de animales envenenados, entonces perros y rapaces, en las inmediaciones de la localidad de Mata de Hoz (Valdeolea). Los hechos, al igual que en esta ocasión, fueron denunciados ante la Guardia Civil y entonces se activó el protocolo de venenos por parte de la Dirección General de Biodiversidad, Medio Ambiente y Cambio Climático del Gobierno de Cantabria, que trasladó lo ocurrido a la Fiscalía.
Según explica Juan Lorenzo Robles, pedáneo de Mata de Hoz, «los perros, que fueron hallados muertos este pasado viernes muy cerca del zorro, eran de un vecino de la localidad próxima de Valberzoso (Brañosera)». Robles asegura que los animales «habían ingerido una tajada de carne envenenada».
«Los vecinos de esta zona limítrofe están muy enfadados, les están matando a sus perros, a los guardianes de sus rebaños y cabañas. Es cierto que tenemos un problema muy serio con los lobos, pero esta no es la manera de solucionarlo», se reafirma Robles en lo que ya manifestó en 2019 con motivo los primeros envenenamientos de canes y rapaces.
Para el pedáneo de Mata de Hoz, «es importante que estos hechos se conozcan, que aumente la presión sobre quienes recurren a este tipo de prácticas y que sientan la reprobación por parte de los vecinos y de la sociedad en general». «Llevábamos varios meses tranquilos en este aspecto, pero la situación se ha vuelto a repetir», ha asegurado.
De igual modo, el alcalde de Valdeolea, Fernando Franco sostiene que «envenenar animales no es la forma de hacer frente al problema del lobo, que, por otro lado, sabemos que está haciendo estragos entre los ganaderos y de forma especial entre los de este municipio». «No es nada bueno que se conozca a Valdeolea por noticias de este tipo y espero que pronto se aclaren los hechos y, de confirmarse, se someta al responsable a la justicia».
Esta zona limítrofe a la Montaña Palentina, también con presencia del oso, es propicia a los ataques de lobo, siendo los rebaños de ovejas y las cabañas ganaderas los más perjudicados.
El municipio de Valdeolea ya saltó a la palestra en 2011 cuando se detuvo a otro vecino, ganadero, por utilizar cebos envenenados y acabar con once milanos reales, cuatro buitres, cinco perros, seis zorros, un gato, un cuervo y un busardo ratonero.
El Juzgado de lo Penal número 3 de Santander le condenó en 2015 a dos años de prisión, dos años de inhabilitación para la profesión de ganadero, cuatro años sin poder ejercer el derecho de cazar y a indemnizar al Gobierno de Cantabria con la cantidad de 118.770 euros por el valor de las especies de fauna silvestre afectadas.
Según se relató en el juicio, los agentes de la Guardia Civil, que recurrieron a unidades caninas para realizar las batidas en busca de pruebas, localizaron cebos en las fincas en las que pastaba el ganado del condenado y guantes con restos del veneno y de su ADN.
El tribunal también dejó constancia de que el acusado había perdido por el ataque de los lobos más de veinte potros y que él mismo expresó a los agentes forestales que las batidas que se realizaban para eliminar ejemplares de lobo «no servían para nada, manifestando que la única forma de acabar con los lobos era el veneno».
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