Balneario de Corconte: intensa historia a orillas del Pantano
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Aunque en el límite de Burgos, la impresionante instalación actual ha sido a lo largo de su historia un negocio muy relacionado con el capital y los bañistas montañesesEl balneario está en territorio burgalés, pero muy próximo a Cantabria, donde, de hecho, radica la localidad de Corconte. Dice la tradición que el origen de la fama del manantial se debió a que un pastor de Reinosa, que había dejado liberado por los campos ... a un caballo ya muy viejo, lo vio rejuvenecido algún tiempo después, justificando sus nuevos bríos no con la libertad y la jubilación del animal, sino con la frecuencia con que el rocín bebía aquella agua sanadora en la llanura de la Vilga o Virga, a más de ochocientos metros sobre el nivel del mar. El manantial, cuyo nombre era 'Fuente Salada' y emergía a una temperatura de 10-11 grados, debió de popularizarse entre los lugareños por los inicios del siglo XIX, creándose ya una primitiva casa de baños, cerca de la posterior carretera N-623 de Santander a Burgos.
La titularidad había pasado del pueblo de Corconte a un particular, quien a su vez lo vendió en 1878 al empresario santanderino Francisco Martínez Conde, que realizó algunas mejoras en el modesto establecimiento y comenzó a comercializar el agua, que en 1883 fue declarada de utilidad pública. Parece que por entonces llegó a haber hasta doce habitaciones con diferentes baños y sala de inhalaciones. Dos horas se tardaba en llegar allí desde Reinosa, en coche de caballos.
A principios del siglo XX un nuevo propietario, el naviero santanderino Juan Correa López, impresionado por la curación fulminante de su mujer, dio el impulso definitivo al negocio, al convertir la fonda original en el llamado 'Hotel de la Fuente'. Mars Ross y H. Stonehewer-Cooper escribieron en 'Las montañas de Cantabria o a tres días de Inglaterra' (1884) que «la popularidad de los baños de aguas termales naturales en España es algo extraordinario. Durante todos los meses de verano siempre hay movimiento hacia algún lugar u otro, las curas de las que se oye hablar recuerdan esos prolijos anuncios de medicinas certificadas en las que uno espera leer cualquier día que alguien, después de llevar muerto unos cuantos años, ha recuperado una existencia nueva y más vigorosa gracias al uso del ungüento de don Fulano de Tal».
El actual 'Gran Hotel Balneario' fue inaugurado en 1922 (ha cumplido ya, por tanto, su centenario) y es de estilo regionalista montañés, según planos de Valentín Ramón Lavín del Noval. Contaba con más de cien habitaciones con electricidad y agua. Se sitúan en los años hasta la guerra civil la época de esplendor del balneario, con visitantes entre los cuales figuran Alfonso XIII y Antonio Maura. En uno de los anuncios del balneario de aquella época podemos leer: «Clima de altura. El agua perfecta. La más indicada para los enfermos de hipertensión, riñón, vejiga, diabetes, ácido úrico. Hace expulsar cálculos y arenillas. De efectos sorprendentes en los reumáticos de origen artrítico, gotosos y diabéticos. Evita y cura los cólicos nefríticos».
El Gran Palacio-Hotel se anunciaba «con todo el confort moderno», ya que contaba con «gran orquesta», «espléndidos salones» y una «selecta cocina». Además, había un «hotel de segunda» y «hospederías para clases modestas». La temporada de baños abarcaba los meses de julio, agosto y septiembre. Un servicio de automóviles llevaba hasta el lugar a los clientes que no disponían de vehículo propio, desde Reinosa (procedentes a su vez de Torrelavega y Santander), Soncillo (que era parada del ferrocarril Bilbao-La Robla), Ontaneda y Burgos.
Con la guerra civil se convirtió en cuartel general republicano; en estos meses se produjo en Corconte, entre otros acontecimientos trágicos, el asesinato del hijo del general Sanjurjo. Desde agosto de 1937 fue cuartel de los voluntarios italianos que tomaron la zona y entre los cuales se encontraba Guglielmo Sandri, cuyas valiosas imágenes del lugar forman parte del archivo Bolzano en Trentino Alto Adige.
Nieves Bolado informaba en El Diario Montañés, el 28 de abril de 2016, de la visita a Corconte de Gian Galeazzo Ciano, conde de Cortellazzo y Buccari («conde Ciano»), yerno de Mussolini (en 1930 casó con Edda Mussolini) y ministro de Asuntos Exteriores de Italia, que había venido a inaugurar el cementerio de los 360 italianos muertos en las batallas de El Escudo (que, por cierto, se quieren cargar ahora, ya sin restos mortales, so pretexto de anular la historia). La visita de Ciano se produjo el 13 de junio de 1939. Al conde, acompañado por el general Fidel Dávila, ministro del Ejército, y el general José López Pinto, capitán general de Burgos, se le rindió un espléndido homenaje con una opípara comida en la que no faltaron el marisco y los buenos caldos.
Otro de los visitantes de la zona, años más tarde y con propósitos bien distintos, fue el escritor Miguel Delibes, que en Sobre Castilla y los castellanos escribió: «Apenas apuntaba agosto, el cronista amarraba una camisa y un par de calzoncillos al soporte de su bicicleta Arelli y salía pedaleando de Molledo-Portolín, en la provincia de Santander, atravesaba Reinosa y el balneario de Corconte, almorzaba un par de huevos con chorizo en el estanco de Paradores de Bricia y, al caer la tarde, entre dos luces, aparecía por Sedano, cuando las gentes del pueblo disponían sus arañas y reteles para salir a cangrejos en el río Moradillo».
Las aguas de Corconte han recibido numerosos elogios por sus propiedades de mineralización débil.
El doctor Gregorio Marañón afirmaba: «Tienen su reputación bien adquirida en las afecciones litiásicas y en los estados de nutrición retardada. No hay para qué insistir en ello. Pero sí es necesario encarecer, una vez más, las condiciones magníficas de esta estación como sedante en los estados de excitación y agotamiento nervioso y como tónico en las anemias, clorosis y en las diversas debilidades orgánicas».
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