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Excavaciones en los primeros años de la década de los ochenta del pasado siglo, cuando se intervino en el área de viviendas del siglo II después de Cristo. DM .
Julióbriga, un filón científico para conocer el legado de Roma en Cantabria

Julióbriga, un filón científico para conocer el legado de Roma en Cantabria

Cuatro décadas de excavaciones. El yacimiento de Retortillo ha proporcionado valiosa información a los arqueólogos y aún entierra claves para escribir su historia

José Luis Pérez

Santander

Domingo, 26 de julio 2020, 07:42

En 1978, en plena transición y en el marco de un proceso de descentralización universitaria, se creó la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Santander (entonces). La llegada desde otros centros de profesores jóvenes como el torrelaveguense José Manuel Iglesias Gil al área de Historia Antigua marca la reanudación de las excavaciones científicas en la loma de Retortillo, donde siempre se ha ubicado la ciudad romana de Julióbriga y donde a mediados del siglo pasado había investigado el catedrático de la Complutense Antonio García y Bellido con el apoyo, entre otros, de los cántabros García Guinea y González Echegaray. El objetivo en 1981, cuando se retomaron los trabajos de campo en un yacimiento completamente abandonado y sobre el que se habían construido impactantes instalaciones ganaderas, era triple. Por un lado, abrir una línea de investigación propia que entroncase con la historia regional y resolviese algunas de las muchas incógnitas sobre la presencia de Roma en Cantabria a partir de un yacimiento muy simbólico y al que ya el historiador romano Plinio había considerado como el principal asentamiento en el territorio de los cántabros.

En segundo lugar, proporcionar a los alumnos una formación práctica en materia arqueológica, algo que se ha plasmado en numerosos campos de trabajo internacionales por los que han pasado profesionales que hoy ocupan destacados puestos en universidades, centros educativos y de investigación, museos, fundaciones... Y, finalmente, transferir conocimiento a la sociedad, divulgar los valores del patrimonio y proyectar su potencial como elemento dinamizador de un turismo cultural emergente entonces.

Hallazgos y retos

Como señala el catedrático Iglesias Gil, en estas cuatro décadas de investigaciones los trabajos de campo han proporcionado datos sobre «cómo era el foro romano, que tenemos bien delimitado en el entorno y bajo la iglesia románica; se han definido las dos calles principales de la ciudad, el cardo y el decumano; se han sacado a relucir elementos urbanísticos del ámbito público, como áreas de tabernas y talleres; se han identificado también unas termas públicas; se han documentado tipologías arquitectónicas de viviendas privadas, desde el modelo de casa de planta helenística-pompeya con patio central, que en el marco de este clima evolucionó hasta cerrar los patios, a la versión de casa con patio a modo de corral que puede ser el antecedente de la arquitectura de la zona en siglos posteriores; y finalmente, también se han recuperado testimonios de la cultura material que facilitan información sobre la vida cotidiana en la ciudad desde su fundación, al concluir las Guerras Cántabras, al final del siglo I antes de Cristo, y hasta el siglo III, donde se advierte un abandono de la actividad urbana».

El equipo de investigación del que también forman parte Alicia Ruiz, Carolina Cortés, Juan José Cepeda y Jesús Ignacio Jiménez, de la UC, con el apoyo de las nuevas tecnologías, desarrolla prospecciones geofísicas en el propio yacimiento y en el entorno para descifrar emplazamientos de interés y ampliar el marco de los trabajos de campo. En este sentido, los retos de futuro de pasan por descubrir la ubicación de la necrópolis -porque puede proporcionar mucha información sobre la población romana de la ciudad- y por interpretar mejor las estancias de unas grandes termas públicas localizadas en la denominada zona de La Llanuca, donde hay una gran vivienda excavada esencialmente por García y Bellido, quien encargó la colocación de una réplica de las columnas de la calle porticada que se abría hasta el foro.

Este año, las excavaciones está previsto que comiencen el 24 de agosto y se prolonguen hasta la primera quincena de octubre. Los trabajos se centrarán tanto en el foro como en el entorno de la denominada Casa de los Morillos, al norte de la carretera de Retortillo.

Un domus a tamaño real

Uno de los hitos de estas cuatro décadas fue la construcción de un museo de sitio que se ha convertido en un activo turístico de primer orden para la comarca de Campoo. Su originalidad reside en que se trata de una única domus de patio central replicada a escala 1:1 en España. En su interior se interpreta cómo debieron ser las estancias de una casa similar a la de los Morillos, modelo que fue la base de su diseño.

Además de canalizar los resultados en diferentes publicaciones científicas, los investigadores han puesto desde los años 80 un gran empeño en restaurar los muros de las ruinas y en mantener adecentado y delimitado el yacimiento, de tal manera que los restos presenten unas condiciones apropiadas y muy didácticas -con el apoyo de paneles explicativos- para la visita de grupos escolares y turistas con inquietudes culturales.

Si Julióbriga conoció en época de la dinastía flavia su etapa de mayor expansión, las cuatro décadas de investigaciones a buen seguro serán el preámbulo de nuevos e importantes hallazgos que pongan más luz en la Historia antigua de Cantabria.

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