El lobo ataca en Requejo y en Salces «muy cerca de las casas»

Tan solo el río Ebro separa los restos de un potro de nueve meses -al que han devorado los lobos- de la casa de José Macho Balbás, un ganadero de Requejo que ha perdido ya una decena de animales. Macho Balbás asegura «no estar sorprendido» por la cercanía del ataque ya que, últimamente, el depredador se atreve a acercarse a cazar en las proximidades de las casas, llegando a ver el lobo a altas horas de la tarde, cuando la gente aún hace vida normal.

La desesperación de este ganadero es total, porque tiene que estar muy «pendiente» del ganado y cerrarlo a una hora prudente para ponerlo a salvo y reclama «sentido común» a las instituciones para que la presencia ya habitual del lobo no se transforme en «un gran peligro».

El otro caso es el de Manuel Roldán, un joven ganadero de Salces al que los lobos han mordido su primer potro nacido este año. El joven está preocupado porque cree que el animal no sobrevivirá a los próximos días. «Ya no sabemos dónde meter el ganado ni qué hacer con él, la situación nos supera», afirma, coincidiendo con su compañero.