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En Soto, pueblo de la Hermandad de Campoo de Suso, se ha registrado -solo tres días después de iniciado el año- el primer ataque de lobos, con el resultado de dos yeguas muertas, según ha denunciado la organización Asaja, Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores. ... Desde la entidad se ha lamentado el «incremento de ataques como consecuencia de la inclusión de la especie del lobo ibérico en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial (Lespre), «que limita la capacidad de acción de las Administraciones autonómicas para controlar» a este cánido.
Según Asaja, en Soto han sido halladas muertas dos yeguas, una de una quincena (15 meses) y la otra de una treintena (dos años), encontradas con los huesos al descubierto en la zona de campo en la que estaban.
La organización agraria ha querido denunciar «la situación que se está viviendo en el mundo rural por decisiones que no tienen en cuenta a los ganaderos. También queremos alertar del abandono del sector que se está llevando a cabo por parte de los políticos españoles, que están mirando hacia otro lado. Si no se actúa para frenar el descontrol de esta especie, muchos ganaderos perderán a sus animales y su forma de vida», y la población sufrirá las consecuencias de este retroceso.
Precisamente la semana pasada, el consejero de Desarrollo Rural, Guillermo Blanco, garantizó a la Federación Cántabra de Municipios que Cantabria seguirá autorizando batidas controladas de la especie «ateniéndose al nuevo marco legal» que ha sido recurrido en los tribunales por varias comunidades autónomas del Norte, entre las que se encuentra ésta.
La asociación también critica que no se conoce el número exacto de lobos porque el último censo que se hizo sobre el lobo ibérico en España data de entre 2012 y 2014. «Pero los ganaderos -que viven en el campo y no en un ministerio en Madrid- sabemos que el número ha aumentado y que los animales que sobreviven a los ataques quedan traumatizados o asustados, por lo que se producen más abortos y cae la productividad».
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