![La memoria de un pueblo en el nuevo museo de Requejo](https://s1.ppllstatics.com/eldiariomontanes/www/multimedia/202207/18/media/cortadas/75016680-kiJC-U170747400724jt-1968x1100@Diario%20Montanes.jpg)
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No faltó ni el apuntador a la cita con la memoria del pueblo. Hace unos días la localidad de Requejo, en Campoo de Enmedio, estrenó un espacio para el recuerdo: el Museo Etnográfico Cecilio Gómez. Un centro expositivo que reúne más de medio millar de piezas, entre utensilios domésticos, fotografías y artilugios para el campo, que conforman la historia reciente del antepasado campurriano.
El pueblo de Requejo se vistió de largo hace unas semanas para inaugurar este espacio expositivo en la antigua casa rectoral. Una preciosa casona montañesa blasonada con dos plantas diáfanas que se destina ahora a lo que su último guardés quiso para su pueblo: poner a salvo sus recuerdos como legado para generaciones futuras y que los vecinos no perdieran nunca su esencia ni sus recuerdos y vivencias.
Cecilio Gómez, como así se llama el museo, fue el antiguo párroco de Requejo, en Campoo de Enmedio. Pero no fue solo su sanador espiritual durante décadas, también fue un campurriano enamorado del pueblo que lo vio nacer y que quiso dejar su impronta antes de fallecer en el año 2019. Él era también un gran coleccionista amante de la vida rural y empecinado en conservar objetos de antaño que utilizaban los vecinos para todas sus labores diarias. «El museo se divide en dos plantas diáfanas y recrea todas las vivencias de antaño en los pueblos», explica Moisés Balbás, el alcalde pedáneo de la Junta Vecinal.
El obispo de Santander, Manuel Sánchez Monge, junto al regidor de Campoo de Enmedio, Pedro Manuel Martínez, y los vecinos inauguraron hace unos días este nuevo espacio con una jornada de puertas abiertas y una fiesta en la que no faltaron las voces de la Ronda la Esperanza para celebrar la apertura. Era la forma de agradecer al desaparecido párroco su gesto altruista para su localidad natal. «Era vecino del pueblo y tenía otra vivienda aquí, por eso su idea siempre fue la de ceder la casa rectoral para poner algo para el pueblo», explica Balbás. Un proyecto que dejó inacabado por su repentino fallecimiento, pero que los suyos han querido ahora completar para rendirle homenaje. «La familia de Cecilio ha querido, además, dar las gracias al pueblo por este gesto», añade emocionado Balbás.
Así, la casona montañesa «con 250 metros por planta», precisa su pedáneo, se ha transformado en un espacio para la memoria colectiva de todos los campurrianos, pero también en un lugar de encuentro y convivencia para los vecinos de Requejo, ya que ahí tienen un local para realizar sus actividades. «El párroco quería que también hubiese un centro donde reunirse», explica
Es una casa del pueblo y para los habitantes que además han arrimado el hombro en su puesta en marcha. «Los propios vecinos han colaborado en la mano de obra para hacer la reforma del inmueble o incluso han cedido piezas de aquí y de allá», relata Balbás. La casona, que antiguamente albergaba dos viviendas (una de servicio y otra, la del párroco), ahora cuenta con un espacio diáfano por planta que reúne las piezas y la exposición fotográfica. «Se recrea el hogar de una vivienda antigua con su 'gloria' para la lumbre, utensilios de la vida doméstica, además de aperos para el campo como trillos y arados, pero también hay material para hacer esquí o alpinismo y viejas máquinas de discos».
Ahora, con el museo etnográfico en marcha, se cumple con el último deseo del párroco que fue quien inició el proyecto. «Por la pandemia no hemos podido hacerlo antes», remarca el alcalde local, que incide en que la idea es poder abrirlo a las visitas no solo del público en general, sino de los colegios, y solicitar, para ello también, ayuda al Gobierno de Cantabria a través de la Dirección General de Patrimonio «para ver si nos pueden echar una mano y que los niños conozcan cómo se vivía en el entorno rural antes y qué cosas se hacían y se utilizaban», resume orgulloso del resultado obtenido.
La casa rectoral es propiedad del Obispado de Santander, por lo que la Junta Vecinal de Requejo ha llegado a un acuerdo para su mantenimiento y una cesión por espacio de quince años, tal y como quería el desaparecido párroco. Ahora, una placa con el nombre del religioso recuerda la fecha de inauguración del espacio, el pasado 10 de julio, contando una historia bonita de Requejo, la de cómo con la unión de los vecinos se completó un proyecto de todos impulsado por Cecilio Gómez a título póstumo.
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