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Los proyectos para dinamizar la vida en el Santuario de Montesclaros (Valdeprado del Río) han engranado en los últimos meses, a pesar de que la pandemia de covid, por un lado, y la burocracia, por el otro, hayan lastrado algunos de ellos, ... como los que la Fundación San Martín de Porres tiene y quiere impulsar en el sur de Cantabria.
En el corazón espiritual de Campoo, en el espacio religioso que venera a la patrona de la comarca, la Virgen de Montesclaros, viven actualmente cinco frailes dominicos, dos laicos y el camerunés Mitterrand Dongue, el primer trabajador fijo que la asociación Cantáfrica ha contratado para encargarse de su proyecto de solidaridad e integración: una granja de gallinas, un huerto y un colmenar, tres líneas productivas que esperan ampliar con otra dedicada a la fabricación de queso y el secadero de carne.
Avelino Seco | Asociación Cantáfrica
Se trata de un proyecto surgido de las donaciones de la sociedad cántabra y de las propias aportaciones de los socios de Cantáfrica, asociación a la que pertenece Avelino Seco, profesor de filosofía jubilado y sacerdote campurriano, que desarrolla su labor pastoral en Santander, en la iglesia de San Pío X. «Los inicios han sido difíciles, costosos, pero el proyecto ya está en marcha y esperamos poder ampliar el número de puestos de trabajo que genera. Actualmente es Dongue el que se ocupa de la granja, el huerto y el colmenar, pero cuenta con más colaboración puntual y a lo largo del año se podría incorporar otra persona a tiempo parcial», explica Seco, para quien es más importante «ofrecer una caña a los que lo necesitan, que dar limosna. Los africanos que acuden a la asociación lo que nos piden es eso, una oportunidad, un trabajo».
Antonio Rodríguez | Fundación San Martín de Porres
Es el propio Dongue el que explica que la granja avícola, que se extiende por las antiguas cuadras del monasterio, ahora acondicionadas, cuenta ya con «el máximo de gallinas permitidas para el tamaño de la explotación, 1.000 ejemplares, que producen unas 40 docenas diarias de huevos camperos, entre las que se encontrarían también varias ecológicas». «Nosotros vendemos los huevos y también hay una cantidad que se destina a los socios. La producción llega y se comercializa en Santander (El Colmado, el Vergel y el Súper de los Pastores), aunque es posible comprar estos cartones, bajo la denominación de 'Granja Montesclaros', en la Cooperativa San Sebastián de Reinosa», afirma.
De igual modo, aunque a menor escala y para un consumo más reducido, se producen tomates y puerros en la huerta, que ya cuenta con su propia estructura, y algo de miel gracias a la docena de colmenas. «Queremos que el proyecto, una vez esté completado, sea sostenible», matiza Seco, artífice también de seminarios y talleres teológicos.
Dongue, con mujer e hijas en Santander, reside desde hace unos meses en una casa alquilada, propiedad de Los Carabeos, dentro del propio santuario. El camerunés, que en los inicios compartió mesa y cobijo con los dominicos, agradece la «oportunidad y la ayuda» que le ha brindado Cantáfrica. «En Montesclaros tengo trabajo, mucho -se ríe-, y también tranquilidad».
Pero la dinamización de Montesclaros tiene también otro protagonista, la Fundación San Martín de Porres, obra social de los padres dominicos, que en los últimos años ha asumido la gestión del bar, el albergue y la hospedería del santuario. Proyectos que han llegado a mantener a cinco personas contratadas y que también se han visto condicionados por la pandemia de coronavirus.
Aunque lo que realmente ha dejado desconcertada a la Fundación San Martín de Porres no ha sido tanto la situación generada por la crisis sanitaria, que esperan poder revertir este próximo verano, sino el rechazo de la financiación por parte de la ADT Campoo-Los Valles, administradora de los fondos Leader, al proyecto de reforma de la hospedería que contaba con una inversión global de unos 750.000 euros (180.000 serían los aportados mediante ayudas europeas).
«Después de esperar dos años, se han acogido a que justo en el momento de la solicitud teníamos uno o dos empleados más del máximo permitido para una empresa pequeña», se lamenta Antonio Rodríguez, director de la Fundación San Martín de Porres. «Nuestro objetivo es potenciar Mostesclaros, pero si la Administración no apoya una iniciativa de estas características, que además ha requerido de un proyecto muy detallado por cuestiones de patrimonio, es que no tiene mucho interés». «Por desgracia, las obras están paradas y todo pasa por empezar de nuevo y llamar a nuevas puertas».
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