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El agua desaparece del pantano del Ebro como consecuencia de la aguda sequía que asola la zona desde este verano. Javier Rosendo

Un pantano convertido en secarral

Las tierras sumergidas bajo el agua del embalse del Ebro desde 1952 vuelven a emerger por la falta de lluvias

José Carlos Rojo

Santander

Sábado, 22 de octubre 2022, 07:47

Los puentes se elevan sobre descampados, el césped crece donde antes había algas y el suelo parece piel de barro escamada. El pantano del Ebro ... ya no parece un pantano sino un secarral completamente yermo, y todo es culpa de la sequía. Noviembre está a la vuelta de unos días pero el sol y las altas temperaturas continúan tan vigorosos como en julio porque el viento sur sopla con intensidad. Todo ello se une a la escasez preocupante de precipitaciones, que durante el verano ha ido secando el suelo para exprimir el embalse hasta dejarlo en 145 hectómetros cúbicos –el 27% de su capacidad– y revelar imágenes que no se veían desde hacía tiempo.

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