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Borja Ramos (PP) afronta su cuarta legislatura al frente del Ayuntamiento de Santiurde de Reinosa con el reto de frenar la despoblación en un municipio ... de apenas 250 habitantes. Para ello, el alcalde se vuelca en mejorar el día a día de los vecinos con más servicios, quiere sacar adelante un Plan General y ha conseguido eliminar la deuda municipal que heredó en 2011.
–Fue el alcalde más joven de Cantabria sus dos primeras legislaturas. Desde la experiencia adquirida, ¿que le diría a aquel Borja sobre la gestión municipal?
–Que sea paciente y, sobre todo, que se deje asesorar por otros alcaldes y por personal del Ayuntamiento. Es la forma de ir aprendiendo. Lleva su tiempo conocer cómo funciona la Administración.
–Los vecinos confían en usted y esta legislatura ha revalidado la mayoría absoluta.
–Le dedico tiempo, ganas y empeño. Trato de ser un alcalde cercano. Cuando los vecinos necesitan cualquier cosa, no tienen nada más que llamarme, y todo lo que esté en mis manos lo voy a hacer, independientemente de la condición política de cada uno. Aquí se sabe quién te ha votado y quién no, pero trato a todos por igual.
–¿Ser regidor de un municipio tan pequeño resulta más fácil o es más complicado al disponer de poco personal municipal?
–En este ayuntamiento no tenemos personal fijo de mantenimiento. Solo cuento con una auxiliar administrativa y la secretaria compartida con Pesquera. Únicamente disponemos de forma temporal de la ayuda de los operarios contratados por Corporaciones Locales y depende de las cualidades de cada uno les puedo emplear para realizar unas tareas u otras. Para contratar a una empresa que realice ciertos trabajos hay que esperar por una cuestión de presupuesto. Si hay algún problema, que no sea grande, con el alumbrado o el agua, se tarda en reaccionar por tema de costes. Llamas a la empresa, pero como trabaja para varios ayuntamientos, al final, viene cuando puede. Desconozco como es ser alcalde de un municipio grande. Lo que sé es que aquí tenemos menos cortafuegos. Cuando te viene apretando un vecino que necesita algo, te lo pide más que por alcalde por amistad. Estas en la tesitura de que le vas a ver todos los días. En un municipio más grande, el vecino es un número, pero aquí todos somos conocidos.
–Santiurde de Reinosa no consigue frenar la pérdida de población.
–Ahora se ha estabilizado un poco, pero en los últimos años hemos perdido una media de diez habitantes por año. Ha venido alguna pareja joven al pueblo, aunque pocas, seis u ocho personas. Con los empadronados de la residencia de mayores se mantiene el censo, pero, al final, noto al municipio como una vela que se va apagando. No se ve relevo generacional.
–¿Y qué medidas se pueden llevar a cabo para que eso no ocurra?
–Tenemos el problema de que, aunque en Santiurde de Reinosa hay casas vacías, las familias tienen un apego a la que fue la vivienda de sus abuelos, de sus padres, y no las venden por un tema sentimental. Cuando se deciden a venderlas, las han dejado deteriorarse mucho y el precio es elevado, surgen problemas con herencias y, al final, la casa no es apta para vivir. Tampoco tenemos terreno donde la gente se pueda construir una vivienda. Hay fincas urbanas, pero no se venden. El suelo es limitado. Tenemos previsto diseñar un Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) para el municipio.
–Nunca han tenido Plan General.
–Nos regimos por unas normas subsidiarias de 1989. Si consiguiéramos financiación, me gustaría realizarlo. Aunque resulte costoso y laborioso, creo que sería la mejor herencia que puedo dejar a mis vecinos. En otras legislaturas, he hablado con el Gobierno de Cantabria, pero por un tema de presupuestos se ha dejado de lado, y esta legislatura voy a intentar impulsarlo.
–¿Cómo está la situación económica del Ayuntamiento?
–Ya el año pasado conseguimos eliminar la deuda y el Ayuntamiento está saneado. Cuando entré de alcalde, el Consistorio cargaba con una deuda de 270.000 euros que hemos ido pagando estos años. Lo primero que se quitó fue el préstamo bancario de 94.000 euros y el resto eran facturas pendientes de abonar, así que nos tuvimos que acoger al Plan de Pago a Proveedores del Gobierno de España.
–¿Esto abre la puerta a realizar inversiones?
–Ahora mismo, podemos realizar algún tipo de inversión de 8.000 o 10.000 euros. Todos estos años el capítulo de inversiones ha sido de cero euros y no hemos podido acogernos ni a las subvenciones del Plan de Obras. Acabamos de aprobar el Presupuesto para 2025, que asciende a 256.000 euros.
–¿Qué proyectos ha solicitado al Gobierno de Cantabria?
–Hemos remodelado con la Consejería de Fomento la plaza de Lantueno y se ha solicitado la contención del muro de la iglesia de San Silvestre de este pueblo, ya que se está agrietando. También estamos realizando el proyecto para pedir la ampliación de una calle en Somballe y Fomento va a adjudicar en breve la ejecución de un parque infantil en Rioseco y Lantueno. Cuando se realice, vamos a pedir otro parque para Santiurde y Somballe. Además, se está elaborando un proyecto para reparar el firme de viales en Santiurde y otro plan para ensanchar la entrada a Rioseco desde la autovía.
–¿Tiene más peticiones?
–A Transportes le hemos solicitado la restauración de la marquesina de autobús de Santiurde y en infraestructuras agrarias vengo realizando una obra por pueblo al año. La última ha sido en Somballe y, ahora, he pedido a la Consejería de Desarrollo Rural el camino de la Arenía. En Santiurde, se está estudiando mejorar la calidad del agua que viene de la fuente de El Oraco y sigue saliendo turbia. También tenemos un problema generalizado con la TDS de la televisión, que va por satélite y cuando hay niebla se tapa una pieza y no se ve. Se está mirando para utilizar el repetidor de la Picota del Mazo, pero necesitamos dotarlo de electricidad. En el ámbito turístico, queremos mejorar el camino a la cueva Juan Marín y colocar una última pasarela.
–La carretera nacional N-611, entre Reinosa norte y Santiurde, está soportando estos meses todo el tráfico desviado de la A-67 por la rehabilitación del viaducto de La Hía.
–Es un peligro, porque entre Lantueno y Santiurde no hay una senda peatonal y los vecinos tienen que atravesar la carretera repleta de tráfico. Además, hay vehículos que adelantan peligrosamente y es un problema. Yo advertí del riesgo de desviar el tráfico por la carretera N-611 por las obras. No puede asumir tantos coches porque desde hace casi veinte años está en muy mal estado de conservación, con baches y grietas. No ha sido posible la reclamación de hacer un doble sentido de la A-67, sentido Palencia, pero esperamos que el Ministerio de Transportes atienda la petición de reparación integral de estos 9 kilómetros de carretera nacional.
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