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El reinosano Alfonso Lamadrid, socio del despacho Garrigues en Bruselas, ha ganado el premio al abogado del año menor de 40 años en la práctica ... de derecho de la competencia a nivel mundial. Este galardón lo concede anualmente Global Competition Review (GCR), publicación especializada con más de veinte años de experiencia en el sector legal internacional. GCR entregó sus premios en Washington, en una gala que reunió a los mejores abogados y despachos de América, África, Asia y Europa. Formado en Harvard y en el Colegio de Europa, ha representado a clientes en más de medio centenar de asuntos ante el Tribunal General de la Unión Europea y el Tribunal de Justicia de la UE en materia de competencia y de ayudas de Estado.
-¿Qué supone para usted haber ganado este premio?
-En nuestra profesión los premios y rankings están probablemente muy sobrevalorados. Es muy difícil valorar de forma completa el trabajo de un abogado, que no siempre es visible, y hay muchas circunstancias fortuitas que pueden jugar un papel en estas cosas. Estos reconocimientos reconfortan porque revelan una percepción de que se han hecho algunas cosas bien, aunque hay que ser conscientes de que muy raramente se deben al trabajo de una sola persona. En este caso me ha tocado recibirlo a mi, pero en realidad creo que lo que se reconoce es el trabajo de un magnífico equipo de abogados tanto en Bruselas como en España.
-¿Y para el despacho del que es socio?
-Además de este premio, el Departamento de Derecho Europeo y de la Competencia de Garrigues fue uno de los cuatro finalistas en la categoría de firma europea del año. GCR destacó la reputación de Garrigues como práctica internacional al jugar un papel destacado en algunos de los asuntos de competencia más relevantes de la actualidad a nivel internacional. En mi opinión estos dos reconocimientos están vinculados y tienen que ver con cómo se ha trabajado durante años en este despacho y con los resultados logrados para nuestros clientes. El mercado está reconociendo que los logros de Garrigues en este área no tienen precedentes en despachos no angloamericanos.
-¿Qué tiene en cuenta el jurado para la entrega de este galardón?
-Los ganadores se decidieron en una votación abierta entre especialistas de todo el mundo entre una decena de nominados decidida por el equipo editorial de esta publicación. Entiendo que las nominaciones valoran el impacto que nuestros trabajo ha tenido en nuestra área de especialidad en los últimos meses. En mi caso se destacó en particular la experiencia en litigios ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea.
-Recientemente la prensa nacional se hizo eco de que representa a Google en su recurso contra la multa récord de más 4.300 millones de euros que le impuso la Comisión Europea por abuso de posición dominante en relación con el sistema operativo Android. ¿Hay novedades en ese asunto?
-Este asunto está aún en curso y creo que es más prudente esperar a que el Tribunal tenga ocasión de pronunciarse. Como ya comenté en su momento, consideramos que la Comisión se equivocó al cuestionar el modelo de negocio que ha permitido a Android ser el sistema operativo más abierto y competitivo que existe. Este asunto nos deja entrever una tendencia a aplicar reglas de juego más estrictas a las denominadas plataformas digitales.
-¿Está actualizada la legislación europea en el campo de la competencia en mercados digitales
-En los últimos años, los mercados digitales han atraído mucha atención por parte de reguladores, autoridades de competencia y por parte del público. Considero que es lógico que exista cierta inquietud ante la velocidad de algunos cambios. En mi experiencia, la naturaleza de la problemática que se plantea en estos mercados no es nueva, lo que cambia es su escala. El derecho no puede ignorar la realidad y, aunque pueden quizás existir categorías obsoletas, la legislación europea tiene los mecanismos para adaptarse. No quiere decir que no pueda haber conflictos, como ocurre por ejemplo con la economía colaborativa. Pero sin fricción entre la realidad y el derecho no habría progreso. En cualquier caso, hoy en día contamos con las herramientas adecuadas.
-¿Qué es lo que más le gusta de la labor que realiza?
-Tengo la suerte trabajar en un área del derecho muy abierta y dinámica, muy internacional y polifacética, que incluye parte de derecho, estrategia empresarial, economía, política y relaciones internacionales. Trabajamos con empresas y mercados muy distintos, por lo que tenemos la oportunidad de conocer de cerca muchas realidades y modelos de negocio diferentes. En cada caso nos enfrentamos a problemas y retos variados. Hay además un gran componente académico, y dedico mucho tiempo a impartir clases y a publicaciones, incluido un blog www.chillingcompetition.com, en el que abordamos nuestra disciplina desde una perspectiva más relajada, y en ocasiones casi humorística. Personalmente, lo que más me ha aportado este trabajo es la gente a la que he conocido gracias a la profesión. Los momentos profesionales que más disfruto son probablemente las vistas ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea. Trabajar en Garrigues durante estos años ha sido un privilegio. Hemos conseguido cosas que hasta hace mucho tiempo eran impensables para un despacho de abogados español.
-Durante estos días ha tenido la oportunidad de regresar a Cantabria. ¿Cómo ha vivido la vuelta a casa?
-Vengo a Cantabria todo lo que puedo con mis dos hijos y mi mujer, pero desafortunadamente esta vez me ha tocado venir solo y por menos de 24 horas. He venido para participar en unas jornadas sobre ayudas de Estado organizadas por el Gobierno de Cantabria, pero he podido aprovechar para ver a mi familia, comer unas rabas y aprovisionarme de Reinosas.
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