Quintanamanil, un reservorio para los cultivos autóctonos del sur de Cantabria

Así, si hace unos días el Ayuntamiento recogía el Premio a las Buenas Prácticas por la Biodiversidad, dentro de la categoría de Fauna, que le otorgó en 2020 la Red de Gobiernos Locales+Biodiversidad de la FEMP por el proyecto 'Neocuevas. Ruinas para generar vida', estas últimas semanas presume de la colorida floración de los varios miles de tulipanes ornamentales existentes en la microrreserva ubicada en la localidad de Quintanamanil, un proyecto colaborativo que busca la recuperación y reintroducción de la razas autóctonas de cultivo del sur de Cantabria.

La iniciativa, impulsada desde el Consistorio por el concejal de Medio Ambiente, Miguel Ángel Toca, cuenta con apoyo del Ministerio de Agricultura y el Centro de Investigación y Formación Agraria (CIFA) del Gobierno de Cantabria a fin de salvaguardar e incentivar la extensión de diversas variedades de cereal, como el trigo o la cebada, de legumbres como la arveja, vides y otros cultivos y flores ahora en peligro de desaparecer y que han tenido presencia en la comarca.

La microrreserva se puso en marcha en 2019, en el marco del taller de empleo desarrollado en el municipio. De una zona de escombrera se pasó a un «arca de Noé» de plantas para el futuro. Mediante el acuerdo entre la Junta Vecinal de Quintanamanil, los ganaderos del pueblo y el Ayuntamiento de Campoo de Yuso, se convino desbrozar la zona, mejorarla y crear en el antiguo vertedero este proyecto para la recuperación del patrimonio agrícola en peligro de extinción.

Una reserva a la que progresivamente se siguen incorporando nuevas especies de cultivo y jardinería tradicionales, como cereales, narcisos, peonías, claveles, rosales, legumbres y mesícolas, gracias, entre otros colaboradores al CIFA del Gobierno de Cantabria y del Centro Nacional de Recursos Fitogenéticos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. Estos centros del Gobierno de España y de Cantabria, facilitan al Ayuntamiento de Campoo de Yuso variedades de cultivos antiguos, que se preservan en los distintos bancos de ambas instituciones.

El Ayuntamiento de Campoo de Yuso, que preside el regionalista Eduardo Ortiz, pretende que esta microparcela sea la base, facilitando clones de cereales, legumbres o parras antiguas, para establecer la colaboración entre las administraciones y los vecinos particulares. Siguiendo los modelos suizos de los cantones de Zurich y experiencias francesas, donde se fomenta el uso en jardines particulares y huertas privadas de especies amenazadas de cultivo y silvestres.

«Aunque el trabajo es ingente», reconoce Toca, «poco a poco se empiezan a ver los resultados y cómo aumentan los intercambios y los vecinos interesados en introducir estos cultivos tradicionales en sus huertos». «Del mismo modo, hemos recuperado varios sarmientos de una parra de La Costana y se está trabajando en identificar rosales más antiguos, aunque con tradición en el municipio». «Es cierto que la pandemia está condicionando el contacto, pero resulta reconfortante comprobar que la iniciativa despierta interés», asegura Toca.

En esta misma línea, el Ayuntamiento de Campoo de Yuso ya puso en marcha hace unos años una iniciativa para plantar tejos junto a todas las iglesias del municipio. El objetivo, que ya brota en la mayoría de los pueblos, era recuperar así la tradición milenaria de celtas y cántabros de plantar tejos en los espacios sagrados y de poder. La acción del Ayuntamiento de Campoo de Yuso se ejecutó en colaboración con el Servicio Cántabro de Empleo y la Dirección General de Montes y Conservación de la Naturaleza.