Un sacerdote de Togo, en Valderredible

Ezequiel dejó su Togo natal, país ubicado en el Golfo de Guinea, conocido por sus playas bordeadas de palmeras con sus pueblos sobre las colinas y, tras horas de viaje descubrió la tierra de Valderredible.

Para este sacerdote, el Valle es «muy bonito», su paisaje natural invita a la meditación, a la oración intensa y a la acción de gracias. «Su territorio es muy grande, con poca gente, pero muy alegre y acogedora». Aunque es una zona rural, se nota que ella pertenece a la sociedad tecnológica que ha logrado multiplicar las ocasiones de placer, pero encuentra muy difícil engendrar la alegría. Porque las alegrías tienen otro origen más espiritual», afirma Ezequiel. «El dinero, el confort, la higiene, la seguridad material no faltan con mucha frecuencia; sin embargo, el tedio, la aflicción, la tristeza forman parte, por desgracia, de la vida de muchos».

Este cura togolés nació el 10 de abril de 1967 en la localidad costera de Attitogon. Después de 10 años de estudios de Filosofía y de Teología en el Seminario Nacional de Lomé, en Togo, fue ordenado sacerdote el 30 de mayo de 1998. Sus especialidades son la filosofía, sociología del desarrollo, historia, lingüística y teología. Habla y escribe en español, francés, italiano, inglés y alemán. Además de los tres dialectos de su país que son ewé, ouatchi y mina de su región nativa. También escribe y trabaja en las lenguas antiguas como son el griego, hebreo y latín.

Su llegada a Cantabria estaba prevista para el mes de septiembre del 2019, pero fue efectiva el 23 de diciembre. Desde el día de Navidad del pasado año es párroco de Polientes, Arantiones, Campo de Ebro, La Puente del Valle, La Sena de Ebro, Población de Abajo, Población de Arriba, Quintanilla de An, Quintanasolmo, Rebollar de Ebro, Rocamundo, Ruijas, Salcedo, Sobrepeña de Ebro, Sobrepenilla, Montecillo, Arroyuelos, Villaverde de Hito, Santa María de Hito, Villota de Elines, Arenillas de Ebro, Ruanales, Quintanilla de Rucandio, Soto Rucandio, Rucandio de Bricia, Ruerrero, Cadalso, Cejancas, Repudio, Riopanero, Villaescusa de Ebro y San Martín de Elines.

«En la actual etapa de mi vida humana, sacerdotal y pastoral de iniciación a las costumbres españolas, mi proyecto como africano del Togo y párroco aquí en Valderredible es el de colaborar con todos los hombres y mujeres a todos los niveles», asegura Kuassi.

El sacerdote reconoce que ya ha podido ver y disfrutar de la nieve y que a lo largo de este año ha podido entablar una relación una relación «muy agradable, cariñosa, simpática y fraternal» con los vallucos. «Me ayudan mucho en el mantenimiento de los templos», señala. «La iglesia de Arationes fue completamente renovada por el alcalde pedáneo, Pepe, su mujer y por todos el pueblo». «Los templos, por lo general están muy limpios».

Para Ezequiel, la relación y la cooperación con el Ayuntamiento de Valderredible es «espectacular y fenomenal», algo que agradece personalmente al regidor, Fernando Fernández.