La alcaldesa de Guriezo valora «ir al juzgado y pedir la intervención del Ayuntamiento»

«Eso se hace en toda España y está en la Constitución», replica María Rivero cuando se le pregunta si es ético permanecer en el poder sin apoyos del resto de la Corporación. «Al anterior alcalde le pasó lo mismo -apunta en referencia a Narciso Ibarra-, con los mismos votos que yo o parecidos estaba gobernando», subraya, sin acordarse en ese momento que ella no tiene ya ningún concejal a su lado.

Según interpreta la regidora, el motivo para quedarse sin esos apoyos del resto de la Corporación para gobernar, viene derivado de un proceso judicial abiertos por el exregidor Ángel Llano, contra varios de esos concejales «por cohecho y prevaricación» -le apunta rápidamente el asesor-, enseñando una denuncia que, según explica, «se ha admitido a trámite en el Juzgado número 2 de Castro Urdiales» y que es relativa a una contratación «irregular» de una trabajadora municipal en el Consultorio local. Un proceso «en fase de toma de declaración» por el que creen que varios de estos ediles se han marchado, porque «con posterioridad a la moción de censura se dirigen a María -prosigue Iturbe- para que se retire de este procedimiento».

En este sentido, ambos afirman que es cuando la alcaldesa decide no intervenir cuando «empiezan a surgir los problemas» en el cuatripartito formado por ella misma, Somos Guriezo, PP y el exedil de Vecinos por Guriezo. «Ellos estaban todo el día encima de mí, venga decirme retira y retira y retira» el procedimiento. «Todos ellos, los de la legislatura del 2015 al 2019, salvo Aitor que era nuevo como yo», apunta Rivero.

En ese proceso de 'levantar alfombras' al que aluden, aseguran que se encuentran con anomalías en la contabilidad municipal al tratar de elaborar un presupuesto para Guriezo. Deuda no cobrada por importantes cantidades cuya documentación se ha remitido también a «la Fiscalía del Tribunal de Cuentas» para que lo analice por indicación de la «delegada de Hacienda de Cantabria», apostillan. «Descubrimos un remanente de tesorería de más de 760.000 euros calificados como saldo de dudoso o de difícil cobro, porque la mayor parte de esa deuda corresponde a periodos de tiempo que ya excede a lo que la Administración puede reclamar en plazo», añaden.

«Quise saber por qué salió todo esto y me dijeron que dejase de preguntar tonterías», afirma Rivero, que apunta como culpable de ese dinero perdido, porque no se ha cobrado, al exalcalde Ángel Llano (PRC), al haber sido responsable de Hacienda durante la legislatura que presidió Adolfo Izaguirre (PP). También afirman que hay otra cantidad sin cobrar por importe de «300.000 euros» que «se dieron de baja» y que, cuando han preguntado por ese dinero o pedido explicaciones de quién era el deudor y porqué «se le había condonado esa deuda, aun hoy no tenemos noticias porque, al parecer, según informaciones que nos han llegado no se hizo un expediente para saber de dónde venía», señala Iturbe, mientras Rivero asiente y saca a relucir otros problemas como los «dos millones de euros» de deuda que les reclama la empresa del agua. «Yo pregunto a Llano, por qué no lo arregló, tenía el poder y no se preocupó por nada», resume la regidora.

La alcaldesa explicó que el día de la manifestación vecinal para denunciar la parálisis municipal y el abandono del pueblo no acudió porque las fuerzas de seguridad le «aconsejaron» no estar para «no soliviantar» los ánimos de los manifestantes. A la par, minimizó el impacto asegurando que eran todos del partido del exalcalde o familiares suyos. «Fueron 33 contados y 13 eran del PRC de Castro que no representan al pueblo», aseguraba. «La cuestión no es cuántos eran sino el por qué», intervino Iturbe, apuntando a los motivos de las quejas y por qué no se solucionan esos problemas.

«Todos los asuntos que estaban planteados en las pancartas se habrían solucionado, si hubieran acudido los concejales al pleno de noviembre», insistieron tras denunciar que no hubo quórum para votar en esa sesión y que en otras celebradas habían votado en contra. «Podían aplicar lo que dice Revilla, votar todos juntos lo que es bueno para el pueblo», insistía Rivero, que culpa a la oposición de bloquear su gestión.

Pese a no tener apoyos del resto de concejales o a las manifestaciones en su contra de los vecinos, Rivero no se siente rechazada por su pueblo. «Los vecinos que vienen aquí no me dicen que me tengo que ir, me tratan con cariño y yo soy supereducada siempre», afirma.

Les cambia la cara a ambos cuando se les pregunta por qué no aprueban las cosas por decreto para que todo funcione y no les bloqueen las iniciativas desde la oposición. Ahí, apuntan a que el problema son «los reparos» que les pone la jurídico municipal que, según la alcaldesa, no informa en los mismos ni siquiera de la subsanación o manera de corregir esa recomendación. «Es que me pone reparos hasta en las facturas de Iberdrola», afirma Rivero.

¿Y si todo está tan mal como dice, porqué no se va a casa y renuncia a la Alcaldía? «María puede presentar su renuncia y ¿qué va a ocurrir, quién va a ser alcalde?, ¿el que está implicado en estos procedimientos judiciales?», responde en su nombre el asesor de la alcaldesa.