La alcaldesa de Valle de Villaverde insiste que la venta de la iglesia «está paralizada»

De hecho, la respuesta de la alcaldesa, Esther Gómez (PRC), fue dejar el asunto sobre la mesa hasta el próximo pleno, aunque aprovechó el lance de los independientes para cuestionar su interés por el edificio. Al respecto, les reprochó, con cierto tono de indignación, que la iglesia lleva más de 30 años cayéndose y que «absolutamente nadie se ha preocupado por frenar su deterioro», dijo. Como excepción, recordó al exalcalde Pedro María Llaguno —también del PRC y fallecido en 2017— quien, según explicó, hace quince años ya consultó al Obispado de Bilbao con la intención de adquirir la iglesia e incorporarla al patrimonio municipal. No obstante, la Diócesis respondió entonces que «no era política de la Iglesia vender sus propiedades».

Algo que parece que posteriormente ha cambiado ya que el Obispado inició negociaciones en 2023 para la transacción, lo que ahora ha generado una gran controversia en el pueblo. El posible comprador, el diseñador venezolano Eduardo Estanislao González-Careaga, es conocido por la rehabilitación de otro templo en Sopuerta, pero los vecinos y la oposición de Villaverde no están dispuestos a que ocurra lo mismo en su municipio al considerar la iglesia un símbolo de su identidad y patrimonio. Además, la operación de venta de la iglesia, de origen renacentista-barroco y con restos góticos de 1631, incluye la cesión de terrenos municipales adicionales que ha solicitado el comprador, lo que ha generado más tensiones con el Ayuntamiento.

En este sentido, Gómez insistió en la sesión plenaria en que, desde la iniciativa de Llaguno para adquirir la iglesia, nadie ha hecho nada por evitar su degradación. «Cualquier persona podría haber promovido su declaración como Bien de Interés Cultural, pero nadie lo ha hecho. Y ahora que existe la posibilidad de rehabilitar completamente la iglesia, estas personas que jamás han movido un dedo deciden oponerse para evitar que caiga en manos privadas. Esto nos resulta francamente llamativo», criticó la alcaldesa.

Gómez también aclaró a quienes se preocupan por esta cuestión que la persona a la que llaman comprador «aún no tiene tal carácter», ya que el proyecto parroquial «se ha paralizado», insistió. Al respecto, cabe recordar que se frenó la compra tras convocarse una reunión informativa, dada la inquietud que había generado la iniciativa del diseñador de adquirir el inmueble para transformarlo en vivienda de lujo, por lo que se dio un tiempo para estudiar otras opciones y formar una asociación de cara a salvar el templo y buscar la fórmula para adquirirlo y rehabilitarlo a iniciativa vecinal. No obstante, ese colectivo aún no se ha formado.

Gómez, insistió en que al estar paralizada la transacción no había necesidad de exigir tampoco proyecto de rehabilitación del edificio como se ha llegado a plantear: «Si aún no es comprador y ni siquiera se sabe si lo va a ser, no pueden pretender que se realice ningún proyecto de rehabilitación total en la iglesia», zanjó. Tras ello la oposición se marchó aireada del pleno sin respuesta directa a la pregunta.