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La tarea no era sencilla. Mucho más difícil que las que le mandan en el instituto. Nada más y nada menos que intervenir en el Congreso de los Diputados. Y aun así, lo bordó. Aimar Lavín, un joven castreño de 16 años que pertenece a ... la Asociación de Scouts de España y es integrante del Grupo Scout Cerredo 717, reivindicó ayer el derecho de los niños y adolescentes a «expresar nuestra opinión y ser escuchados». Lo hizo durante la quinta edición de 'Infancia en el Congreso'. Un espacio que se desarrolló en la Comisión Permanente de Derechos de la Infancia y Adolescencia del Congreso de los Diputados, en colaboración con la Plataforma de Infancia y Unicef España, en el que representantes de grupos de participación y colectivos presentan sus propuestas para que los diputados las tengan en cuenta.
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«Muy nervioso» y con un pañuelo de Scout colgado del cuello. Así llegó ayer Aimar a la sede del Congreso. Y es que él era una de las ocho personas seleccionadas de toda España para participar en la actividad. En su cabeza repetía una y otra vez: «No más de tres minutos y medio». Pero, en realidad, estaba preparado de sobra. Pues llevaba semanas ensayando el discurso. Y, con mucha seguridad, arrancó su intervención, que giró en torno a la participación infantil y adolescente.
«Para nosotros participar es estar de manera activa, como ciudadanos y ciudadanas, buscando soluciones a problemas. Participar también es formar parte y decidir sobre las cosas que pasan a nuestro alrededor». Y celebró que se haya cumplido la creación del Consejo Estatal de Participación de la Infancia y Adolescencia, un órgano de consulta, representación y participación infantil.
Aunque reconoció que todavía quedan cosas por hacer. «Tenemos derecho a expresar nuestra opinión y ser escuchados. Creemos que todas las opiniones deben ser tomadas en cuenta por igual. Sabemos mucho más de lo que parece y merecemos saber lo que ocurre a nuestro alrededor». Por eso, propuso la creación de un Boletín Oficial del Estado de lectura fácil, «accesible y clara para todos los públicos y fácilmente entendible». A su juicio, esto les permitirá tomar sus propias decisiones y formar sus opiniones «haciendo uso de la libertad de expresión», subrayó Lavín.
«Ha sido muy emocionante que tantas personas adultas escuchen un discurso que he preparado yo solo en mi casa», relató el joven castreño, que le pone un diez de nota a la experiencia. «Ha sido muy bonita».
Y aunque le gustaría repetir, admite que prefiere dejar espacio a otras personas que puedan aportar «ideas más frescas y diferentes para, entre todos, seguir progresando».
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