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La música no tiene límites ni fronteras, esto es algo que bien sabe el castreño Juan Antonio Gallastegui, director de orquesta afincado en Estados Unidos desde 2013. Tras un amplio bagaje en diferentes agrupaciones, Gallastegui ha sido nombrado el pasado mes de octubre el nuevo ... director musical de la D.C. Strings Orchestra de Washington, un puesto que está afrontando con ilusión. Su municipio natal, cuna de varios músicos afamados como Ataúlfo Argenta o Arturo Dúo Vital, le sirvió de inspiración para dedicarse profesionalmente a la música, comenzando sus pasos en la ya desaparecida Banda Municipal de Castro Urdiales.
-¿Qué es para usted la música?
Es una pregunta trampa. La música puede tener muchas definiciones o ninguna. Depende de la persona que hable. Muchos creen que no se pueden usar las palabras para definir algo como la música. Otros argumentan que hay infinidad de definiciones, dependiendo de en qué queremos poner el acento. La definición del diccionario es solo una. Hay muchas y cada uno puede tener una. Yo aún estoy buscando una definición que se pueda usar en una respuesta corta. Hace poco escuché decir que la música era la manera en la que los músicos nos relacionamos con la realidad. Es parte de nuestra manera de entender la vida y las relaciones que establecemos. Creo que es bastante acertado, aunque añadiría mucho más.
Castro es un municipio relacionado con la música, de aquí han salido grandes artistas…
Castro tiene en su historia gente de talla internacional como Arturo Dúo Vital y Ataúlfo Argenta, pero yo diría también que en su historia tiene también muchos ejemplos de músicos de gran nivel que pertenecieron a la banda municipal en sus más de 100 años de existencia, y a las distintas corales y ochotes que aún mantienen esa tradición. La cultura musical en el pueblo siempre fue muy importante y, aunque no esté escrita en ningún libro, muchos tenemos en nuestra memoria historias y anécdotas de músicos de todas épocas que deleitaron al pueblo durante décadas. Dúo y Argenta son ejemplos extraordinarios, pero los músicos de diario en Castro son muchos y muy buenos.
-Usted también ha recorrido un largo camino musical para llegar hasta donde está…
Después de más de veinte años como músico y profesor en distintas bandas en España, en especial la extinguida Banda Municipal de Música de Castro Urdiales, de la cual fui miembro durante más de veinticinco años, me mudé a los Estados Unidos en 2013 para ampliar estudios de dirección de orquesta. Tras obtener el máster, decidí quedarme e intentar comenzar mi carrera de director aquí. Los últimos cuatro años los he pasado en Washington D.C. trabajando con diferentes grupos musicales. En los últimos siete meses, desde el comienzo de la pandemia, he sido nombrado director musical de la Banda Municipal de Rockville, en Maryland, y de la D.C. Strings Orchestra. El año pasado ya había empezado a trabajar como director musical de la Joven Orquesta del Condado de Prince William en Virginia. Poco a poco van saliendo más proyectos y colaboraciones. El objetivo es mantener la relevancia de todos estos grupos musicales y salir de esta crisis de la mejor manera posible.
-¿Cómo fue su debut como director titular en la D. C. Strings?
Para ser un poco exactos, mi debut como director con la D. C. Strings fue la temporada pasada. He sido uno de los directores invitados que han pasado por la orquesta en el último año y medio. Cuando dirigí el concierto de apertura de la 5ª temporada, el pasado septiembre, fue de un éxito considerable y me ofrecieron la plaza de director titular. En octubre hice mi primer concierto en este puesto. Fue un concierto al aire libre en un anfiteatro y realizamos una programación centrada en las diferentes secciones de la orquesta, reservando solo el final para una obra que requería de la orquesta completa, todo ello siguiendo las recomendaciones oficiales y las restricciones tanto de número de músicos, como público asistente.
-¿Qué actuación guarda con más cariño de entre todos sus conciertos?
La primera actuación de la banda municipal de música de Castro es una que guardo con mucho cariño porque mi difunto padre, que era músico y había tocado en esa banda, pudo ver. En el año 1990 y tocar en frente de la estatua de Ataúlfo Argenta es algo que no se olvida. Muchos años más tarde, guardo con cariño un concierto que la banda dio en la Iglesia de Santa María donde tocamos el Réquiem de Mozart que yo arreglé para la banda y que Joseba Torre dirigió. Pusimos muchas horas de trabajo en aquel concierto y creo que fue una de las experiencias musicales más importantes que tuve antes de marcharme del pueblo.
-¿Echa de menos Castro Urdiales?
Echo de menos a las personas. Los lugares son hechos por las personas que dejamos atrás. Yo pasé la mayor parte de mi vida en Castro Urdiales, 33 años, pero lo que echo de menos es la familia, que continua viviendo allí; los amigos y la gastronomía. Por otro lado, siempre puse mi mirada en tener una carrera que me llevara a otros sitios.
-¿Qué diría a los niños y jóvenes que estén pensando en iniciarse o dedicarse profesionalmente al mundo de la música?
Les diría que adelante, que nada puede detenerles si eso es lo que quieren hacer y si ponen todo lo que tienen para conseguirlo. También les daría el consejo de que se formen en distintos países y tradiciones, a poder ser. Sin menospreciar la formación que se puede recibir en España, es muy importante para un músico recibir una influencia muy abierta que venga de cuantas más fuentes mejor. Esto no es nada nuevo. Mozart fue llevado por toda Europa por su padre. No solo para exhibirlo, pero también para que aprendiera la música de todos esos países. Y finalmente, también les diría que tener un «plan B» no es una mala estrategia. A veces, no se llega hasta donde uno quiere, y hay que saber lidiar tanto con el éxito, si se tiene, como con el constante fracaso, que sin duda se tiene.
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-¿Qué es fundamental en un buen director de orquesta?
Se podría hacer una lista, pero seguramente sería demasiada larga. En lo que cualquiera podría estar de acuerdo es en que se necesita buen oído, un buen sentido del ritmo y el tempo. Hace poco escuché una charla maravillosa del maestro José Luis Temes en la que recordaba las palabras del difunto director Rafael Fruhbeck de Burgos. En esencia, resumía el maestro, lo importante es tener claro lo que se quiere (en la cabeza) y tener las herramientas para que los músicos lo hagan. Creo que es el mejor resumen de lo más fundamental en un buen director de orquesta que he escuchado jamás.
-Es importante contar con el apoyo de la familia y los amigos para lograr metas…
Yo me considero un privilegiado por todo el apoyo que he tenido de mi familia, amigos e incluso instituciones. Por supuesto, también de mi mujer, Joanna, que es la persona más imprescindible de mi vida, es directora de orquesta y profesora igualmente y sin su apoyo y comprensión, nada sería posible. Aunque empecé a tocar muy joven, a los 9 años, no me decidí a hacer de la música mi profesión hasta mucho más tarde. Perdí algunos años en la universidad y durante todo ese tiempo tanto mi familia, como mis amigos, me siguieron apoyando. Lo mismo cuando decidí empezar en el conservatorio cuando a ojos de muchos ya era «demasiado mayor» para tener una carrera en música. También soy un privilegiado que ha recibido becas del gobierno de España, de Cantabria y de la Fundación Rafael Del Pino. Sin toda esa ayuda no hubiese podido llegar hasta donde estoy, que humildemente espero que sea solo el principio.
-¿Algún proyecto futuro?
A corto plazo lo más importante es ayudar a mis grupos a salir de esta crisis de la mejor manera posible. Demasiadas instituciones van a sufrir lo indecible y mi misión es intentar que salgamos con salud, pero también relevantes para las comunidades donde servimos. A medio plazo tengo una invitación para dirigir la banda del conservatorio de Musikene (País Vasco) que me hace mucha ilusión porque no hace tantos años que toqué en esa misma banda como estudiante. Si pudiese participar de algún proyecto con la Joven Orquesta de Cantabria me encantaría. El Gobierno de Cantabria me becó para estudiar dirección de orquesta y es algo que siempre he querido tener la oportunidad de devolver. Tener la oportunidad de aprender del maestro José Luis Temes sería otro sueño cumplido.
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