Además de las 945 actuaciones en playas, se han producido 35 intervenciones en ambulancia, 49 rescates y otras 172 actuaciones, sumando un total de 1.201 intervenciones en la campaña de 2020. En cuanto a esas 945 asistencias en playa, se han producido 344 por herida inciso-contusa y 261 por picadura de salvario; 85 por picadura de insecto; 74 por erosión o abrasión; 33 por fractura; luxación o contusión; 61 por picadura de medusa o anémona; 22 por cuerpos extraños enclavados; nueve por quemadura solar; ocho por reacción alérgica y los mismos atendidos por problemas oculares; tres por cansancio y 37 intervenciones varias. «La playa que más intervenciones ha tenido ha sido la de Oriñón. Otros años están más igualados los datos con la de Brazomar, pero se ha notado que esta última ha estado más tranquila y con menos afluencia a causa de las restricciones por el virus», explicó José Merayo, coordinador de la DYA de Castro Urdiales, añadiendo que, con los aforos establecidos en los arenales, los bañistas han estado «más tranquilos» y con «más cuidado de no hacerse daño», dando lugar a un notable descenso de las intervenciones.
Concretamente, sobre la experiencia en las playas en este atípico verano, Merayo destacó que, aunque la ciudadanía ha respondido «bastante bien», el tema del covid-19 ha dado «guerra» en cuanto a las restricciones y el acceso se refiere. «Ha habido las típicas discusiones por la gente que no está dispuesta a entrar por el lugar habilitado, por no guardar la distancia o por saltarse la cola, pero en general han colaborado», indicó.
Otro de los aspectos que subrayó el coordinador fue la complicación añadida este verano de que los socorristas que presentasen síntomas compatibles con el virus debían permanecer aislados. «Todos los veranos lo pasamos mal por los cambios de temperaturas, es normal que tengamos afecciones en la garganta que en unas ocasiones manifiestan fiebre y ha habido que hacer cuarentena», concluyó Merayo, satisfecho con el servicio ofrecido por su equipo un año más.
Servicio de Baño Adaptado
Como se viene haciendo durante los últimos veranos, en la playa de Brazomar también ha estado presente el Servicio de Baño Adaptado, una iniciativa que ofrece el Centro Especial de Empleo de DYA Cantabria (Geseican DYA). El Ayuntamiento contrató ese servicio que tiene como objetivo facilitar que las personas con movilidad reducida puedan disfrutar de una jornada de playa. Para ello, el servicio cuenta con monitores específicos formados en técnicas de acogimiento e interactuación con usuarios con discapacidad, sus familiares y acompañantes y en técnicas de movilización, prevención y seguridad.
Con respecto al baño adaptado, el Consistorio hizo un «balance positivo del servicio y de los usuarios con los que ha contado este, que, aunque han disminuido con respecto a otros años, ha sido utilizado por 152 personas teniendo en cuenta la situación de pandemia». Concretamente, se han realizado 92 baños con la silla anfibia; 19 servicios de acompañamiento y apoyo al baño para personas con deambulación dificultosa y cinco préstamos de muletas anfibias. Además, 36 personas hicieron uso únicamente de la zona de estancia habilitada para el baño adaptado.
Con las vistas puestas en los próximos veranos, Consistorio y DYA señalaron que el servicio «ya se puede considerar consolidado» en el municipio y «se han salvado las dificultades que conlleva los inicios de la prestación de un servicio de esta naturaleza hasta que es asumido como habitual por parte de los usuarios, sus acompañantes y demás visitantes de la playa».
Por último, desde el Ayuntamiento quisieron agradecer «el empeño y la labor prestada por parte de la DYA en este servicio» que permite que personas mayores o con movilidad reducida puedan disfrutar de los arenales y de baños en el mar un verano más.
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