Castro se forma en su cabildo de pescadores
Castro de ayer y de hoy ·
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Castro de ayer y de hoy ·
Castro asume un liderazgo difícil de imaginar en un puerto sin muchos límites de seguridad en un mar tan borrascosoNo hay que olvidar que una de las principales arterias de la comunicación marítima y comercial se veía incrementada con el Camino de Santiago que no era andar, sino llegar y el comercio entre Castilla y Europa se vio incrementado por esta fluctuación humana. Todo el conjunto de naves que llegaban a nuestra nueva villa, proliferación de naves y pesca y las flotas extranjeras que anualmente recalaban a castro Urdiales con peregrinos a Santiago desde muchos lugares de Europa.
Ya nos lo testimonian las improntas que en el primer desembarcadero encontramos. Los que desembarcaban por los peñones se encontraban en primer lugar con Santa Ana y seguido, en el mismo corredor, San Guillén en honor a los peñones que le daban cabida, saliendo de los puentes, la ermita de San pedro y el hospital de viajeros que son las ruinas que se encuentran enfrente del matadero viejo (aún no se había comenzado a construir Santa María).
Para salir del pueblo se encontraban la ermita de Nuestra Señora de los Portales; los templos de San Francisco; Santa Clara y, fuera Santa Clara, San Lorenzo; la Magdalena y muchísimas más de nuestro entorno castreño. Unas a Oriente hasta Otáñes y las correspondientes a la salida de Castro o hacia Santiago, como San Andrés; San Martín; San Miguel; San Roque; La Vera Cruz; el Hospital de San José; Santa Ana, en Islares; San Juan Evangelista; la Trinidad; los Portales de Nuestra Señora; Nuestra Señora del Camino; San Antón de los Caballeros Templarios (ir aún hoy en día hasta las ruinas del castillo no es solo identificar una ermita, sino que la magnitud de las ruinas en todo su contorno nos hace suponer que algo grande se construyó en aquel picacho que hace de atalaya sagrada).
Muchos de los peregrinos eran mercaderes que recalaban a nuestro puerto no solamente con fines religiosos, sino para efectuar trueques comerciales en nuestra ya conocida villa por puertos Europeos. No debemos de olvidar que durante el reinado de Alfonso VIII, Castro Urdiales fue el primero de los puertos de Castilla y la primera villa mercantil Montañesa en recibir los fueros.
Castro Urdiales es una villa situada tanto por mar, como por tierra en el camino costero de Santiago y la posible evolución de su población durante los primeros periodos de su fundación esté en estrecha relación con su desarrollo comercial marítimo, cultural... Es un desarrollo que coincide con la proliferación de otros puertos de los que se pretende sustanciosas ganancias con las cuales financiar por ejemplo la iglesia de Santa María, acondicionar los caminos, construir murallas y potenciar las flotas. Concentrar mercaderes e involucrar a la expansión de la población. Es una influencia con muchos factores decisivos y reales. La continua llegada de gente de otros países se refleja en la herencia dejada en los apellidos llegados hasta hoy. Gentes de origen francés y nórdico. Castro alcanza una económica fuera de toda duda y política durante casi trescientos años.
Javier garay
La materialización de este crecimiento se ve reflejado incluso en las casas fuertes y los arrabales villa de arriba y otra de abajo con todo su movimiento mercantil protagonismo en guerras piratería y corsario. No podemos tener una imagen completa del surgimiento de nuestra villa y lo acontecido durante los primeros cien años, pero a partir de ahí Castro asume un liderazgo difícil de imaginar en un puerto sin muchos límites de seguridad en un mar tan borrascoso. De todo lo escrito, la prueba mayúscula lo determina que, y a pesar de los difíciles comienzos, sí hubo un pasado de auge y riqueza y es que aún conserva la villa de Castro Urdiales un hermoso templo del más favorecido arte gótico. No es una catedral, pero sí que posee el empaque de iglesia monumental. No es, no obstante, la primer temple de Castro, ya que estaba el de San Pedro que Alfonso VIII dona a poco de fundada la villa al monasterio de San Juan de Burgos, con todos sus derechos, diezmos y rentas, en la mar y en la tierra, en la villa y el puerto.
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Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
José A. González y Álex Sánchez
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