Castro se libra de 10 toneladas y media de basura gracias a Mi Pueblo Limpio

Pasión por el entorno; satisfacción por devolver a la naturaleza su estado, libre de residuos; y colaboración ciudadana desinteresada. Estos son los tres valores que trasmite el colectivo de voluntarios Mi Pueblo Limpio, compuesto por 28 ciudadanos que llevan desde octubre realizando salidas de recogida de residuos a diferentes puntos del municipio. Tanto juntos, como de forma individual, lo voluntarios se esmeran en realizar una limpieza «a fondo» del punto a limpiar, habiendo eliminado en 100 salidas un total de 10 toneladas y media de basura del medio ambiente.

Esta importante cantidad de residuos en tan solo ocho meses es posible gracias a que los integrantes del colectivo acuden a las citas programadas de recogida, pero también lo hacen por su cuenta. «Hemos registrado 61 salidas grupales y 39 individuales», cuenta satisfecha una de las fundadoras de la iniciativa, Encarni Cantero. A su lado, Marcelino Martín, también fundador, destaca que, al menos, salen dos veces cada fin de semana en busca de esos residuos que dañan y afean el entorno. «Mi Pueblo Limpio sale los sábados por la tarde y domingos por la mañana, pero entre semana también. Cada voluntario tiene sus horarios, sus trabajos… y tenemos tantos días organizados porque realmente todos quieren limpiar», apuntan.

«Es impresionante, por ejemplo, cómo está quedando Sámano. No tiene nada que ver. Ahora da gusto. Los ciudadanos lo ven limpio y desaparece el efecto llamada, porque la basura llama a basura», describen ilusionados, reconociendo también que es una labor «muy trabajosa». «Limpiamos por concienciar, para que vean la diferencia de cómo está sin basura a cómo estaba un determinado lugar antes de recogerla. Hace dos fines de semana llenamos un contenedor con 2.920 kilos de maderas, con restos de tela asfáltica, de todo tipo de tuberías, inodoros… en un sitio maravilloso de Sámano. A veces vaciamos un vertedero ilegal porque nos da pena como está», recuerdan.

Después, tras la recogida de la basura es el turno de llevar a cabo la gestión de los residuos. «Lo que no es reciclable lo tiramos a la basura y cuando sí lo es o son residuos para el punto limpio, llamamos al Ayuntamiento, mandamos la ubicación y vienen a recogerlo», explican. Pero, además, para profundizar en la labor de concienciación, desde Mi Pueblo Limpio están creando varios carteles de madera con mensajes que llaman a la limpieza y al mantenimiento y alejan las conductas incívicas. «Los hacemos con madera de palés. Grabamos mensajes para que la gente, cuando va andando, sean conscientes de que ese espacio lo han limpiado sus propios vecinos. Creemos que les hace ser más conscientes y que así tiran menos basura», afirman. Por eso, en algunas de las zonas en las que ha estado trabajando el colectivo se pueden leer frases como: «El campo sin basura es lo natural»; «Estos caminos los limpiamos vecinos del pueblo» o «Hasta el envoltorio más pequeño es basura», unos lemas cercanos y adaptados al lugar en el que se ubican.

«Hemos empezado colocando los carteles en Sámano. El pedáneo nos deja un local para ir colocando y haciendo carteles que instalaremos por todo el municipio, con el permiso de cada alcalde pedáneo, quienes pagan el mortero y los poste. Ya tenemos el permiso de Sámano y de Santullán», adelantan los fundadores. Y es que, poco a poco va creciendo la implicación de la sociedad castreña en esta iniciativa a través de la donación de algunos materiales como tornillos, bolsas y guantes. «Llevamos herramientas hechas por nosotros mismos, lo básico son las bolsas y los guantes, pero también es necesario tener ganchos, palos o azadas para poder apartar la vegetación que sale encima de la basura, porque quitamos el residuo a conciencia, tarde lo que se tarde. La gente está respondiendo también a título particular. Creemos que es un proyecto muy bonito», reconocen.

Desde el colectivo tienen en mente impartir charlas y realizar más actividades, a parte de continuar con las salidas semanales. De hecho, el pasado fin de semana, tanto Mi Pueblo Limpio, como Basureando y el Grupo Scout Cerredo unieron sus fuerzas para limpiar la zona baja del río de Brazomar. «Nos comunicaron hace un mes que se había preparado un proyecto a nivel nacional llamado La cara invisible del planeta en la que se animaba a que todos los grupos que estuviésemos en contacto hiciésemos una limpieza conjunta de algún río, lago o playa, con motivo de la celebración del Día Mundial de los Océanos, el pasado 8 de junio», contaron. La conmemoración se trasladó al día 12 de junio y en ella participaron una centena de grupos de 31 provincias españolas diferentes.

«Hicimos una limpieza general muy grande, nos reunimos más de 40 voluntarios y limpiamos un tramo bastante largo del río. Fue una actividad diferente: pusimos una carpa, carteles, música… fue una idea preciosa. Conseguimos recuperar 504 kilos de residuos dentro del río, de los cuales, 150 eran metales», relatan con satisfacción.

El resto de los residuos eran plásticos y toallitas higiénicas. «Recogimos montones de guantes de comprar fruta. La gente sale de los supermercados y los dejan en el carro. Viene aire y los arrastra hasta el río, donde se van acumulando. La gente no lo hace con maldad, no se dan cuenta de el efecto que produce en el entorno. Se trata de cambiar algunos hábitos que tenemos equivocados, que hacemos por desconocimiento y manchamos todos, tanto niños, como jóvenes y adultos», afirman, añadiendo que dejaron la basura que recogieron en la rotonda con permiso de la concejalía de Medio Ambiente, para que los ciudadanos viesen lo que se ha recogido y sirva para concienciar.

Después de esta actividad conjunta entre los tres grupos castreños, ahora toca volver a cuidar de la naturaleza por separado, pensando en proyectos futuros que permitan cuidar el presente del planeta Tierra.