Castro promociona su legado minero en la primera guía industrial digital de España

Aunque la guía es de carácter nacional, desde el Ayuntamiento destacaron que la publicación se ha presentado a nivel internacional, dentro de la Jornada Profesional de Turismo Industrial de la feria B-Industrial que se celebró en el marco del Salón B-Travel Barcelona.

«Esta guía supone un paso adelante para el turismo industrial, un turismo que conecta con la realidad de un territorio, su historia y actividad económica; comprende su desarrollo urbanístico e interpreta el paisaje. En definitiva, saber de qué han vivido, y viven los habitantes de Castro Urdiales, contribuyendo al mismo tiempo al desarrollo sostenible del medio rural y promoviendo la conservación de su patrimonio industrial», remarcaron desde la Concejalía, añadiendo que lo que se pretende es «facilitar al gran público el conocimiento de la mayoría de atractivos recursos turísticos preparados y abiertos para su visita de España». «En estos momentos la publicación presenta cerca de 140 recursos, que irán ampliándose en las sucesivas actualizaciones de la guía», apuntaron.

Así, en la novedosa publicación digital se explica que en el territorio castreño subsisten diferentes vestigios desde la Edad Media, unos restos que pueden visitarse en el propio centro urbano y que también están presentes en las pedanías de Mioño, Lusa, Ontón, Otañes y Sámano.

Es de resaltar la huella que la minería ha dejado en la zona y, a través de la guía, se difunde que, además de las vías verdes, los túneles y el cargadero de Dícido, el paisaje está adornado con elementos industriales variados, entre los que se encuentran pilastras, viaductos, depósitos, lavaderos, talleres, bocaminas, galerías o yacimientos a cielo abierto. Pero, además de esta amplia variedad de construcciones, en la misma se destacan las ruinas del pueblo minero de Setares, una localidad abandonada en la que la vegetación ha ido ganando terreno a la impronta de la minería, conformando un paraje único.

Los últimos pobladores de Setares dejaron sus casas vacías y sus calles sin vida en 1992, pero ya en la década de los 60 la localidad sufrió una notable despoblación tras haber albergado a unos 1.500 vecinos en sus mejores tiempos. «De traza rectilínea, se conservan aún unas veinte casas del pueblo minero, en las que se distinguen ruinas de la iglesia y un frontón. Fue la morada de los trabajadores de la mina Ceferina, del complejo minero de Setares», recuerda la guía sobre este pueblo fantasma que perteneció a la Junta Vecinal de Otañes y que espera, tras su difusión turística, la visita de aquellos curiosos que quieran conocer más sobre el pasado minero del municipio de Castro Urdiales.