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En los últimos 41 años, el arraigo por la representación de la Pasión Viviente en Castro Urdiales ha aumentado exponencialmente. Desde sus inicios en 1984, ... cuando la asociación cultural del mismo nombre plantó la primera semilla, la fiesta ha sobrecogido cada Viernes Santo a castreños y visitantes. También los asistentes se han ido incrementando de manera notable hasta alcanzar las 10.000 personas en las últimas ediciones. Todo gracias al compromiso de quienes participan en la representación y aportan un crudo realismo a cada escena. Y es que los últimos momentos de la vida de Jesús de Nazaret fueron violentos a la par que muy emocionantes. Bien lo saben desde la Concejalía de Turismo, que para poner en valor la celebración este año han decidido organizar por primera vez un acto de presentación de la misma.
La cita estaba programada a las 19.30 horas en la imponente iglesia de Santa María, aunque tantas eran las ganas que tenían los vecinos que media hora antes en la puerta del templo ya había una veintena de personas esperando que se abriera, bajo la lluvia y el frío. Al entrar, una música misteriosa envolvía el ambiente, el mismo que explotará en la villa costera el próximo 18 de abril para el disfrute de los acérrimos al evento.
Alejandro Calvo
Jesús de Nazaret
Desde la Semana Santa de 1984, la celebración en la localidad ha ido cogiendo más y más peso. Los inicios fueron duros, sin embargo la representación cada vez es mayor y, si bien en un principio abarcaba únicamente la jornada del Viernes Santo, desde hace unos años arranca al anochecer del día anterior, en Jueves Santo, en la explanada de Santa María, con la lectura del Edicto de Pilato y el vistoso encendido de antorchas. Después, los componentes recorren el casco antiguo de la ciudad recreando escenas como el registro en la leprosería, la carga romana contra los mercaderes o el encarcelamiento de los ladrones en Torre Antonia. Este año, la novedad es esta jornada de presentación que consiguió ayer llenar el principal templo de la localidad. Con la dirección de Imanol Vilella, quien fuera Cristo en la Pasión de 2024, en la presentación participó Dely Vélez, concejal de Turismo, que insistió en la intención del Ayuntamiento de apoyar el evento, que calificó como «uno de los más importantes de la localidad».
«Creo que lo bonito de este fiesta es que las mismas personas que lo dirigen también son actores», expresaba Villela al comienzo de la charla. La solemne cita sirvió de repaso por el recorrido de las más de cuatro décadas de la Pasión Viviente de Cristo en Castro Urdiales. En una pantalla colocada en el altar del templo, los asistentes pudieron visionar un conmovedor vídeo inédito sobre la edición pasada, que se llevó un fuerte y sonoro abrazo del público. En la primeras filas de bancos, el elenco de este y otros años atendió con ilusión a la emisión que marca la cuenta atrás para adentrarse en una nueva representación, aunque los ensayos para que todo salga perfecto ya han arrancado.
Los inicios
La Asociación Cultural Pasión Viviente, conformada en origen por un grupo de jóvenes que estaban en un campamento de verano bajo la batuta del Padre don Luis Campuzano, Sandalio, iniciaron la tradición que a día de hoy se ha convertido en un referente. Destaca de igual manera la figura de Txetxu Arozamena, que es actualmente el coordinador general tras coger el relevo del sacerdote Sandalio. Arozamena destacó durante la charla, acompañado por responsables de sonido, vestuario y actores de las primeras ediciones, que se «derrumba» año tras año cuando acaba la representación y todo acaba bien.
Arraigo Desde sus inicios en 1984, la iniciativa ha ido ganando adeptos de generación en generación
Las diferencias Las diferentes escenas son representadas por las calles de Castro por un elenco de actores
Son muchas las familias que participan en la representación y la vocación por seguir con ella se mantiene, de hecho los integrantes de la misma asociación se denominan a sí mismos como «una gran familia». La tradición pasa incluso de padres a hijos, como ocurre con el protagonista de este año, Alejandro Calvo, cuyo padre ya encarnó a Cristo en los años 90 del pasado siglo. Lo cierto es que él también repite en el papel que ya desempeñó en 2017. En la piel de Jesús, Calvo revivirá acompañado por el resto del elenco la última cena, la oración en el huerto, la siempre espeluznante traición de Judas y el prendimiento, momento en el que comienza la acción más dura, la de los latigazos y el dolor real que hacen de la representación un fiel reflejo de los pasajes bíblicos.
Tras ello, se desarrollarán los diferentes juicios ante el Sanedrín, Pilato y Herodes, que muestran el sufrimiento de Cristo. Otro momento sobrecogedor es el Vía Crucis, que recorre distintos puntos del municipio. A lo largo de ese camino, Jesús experimenta sus tres caídas y se encuentra con María Magdalena, su madre María, Verónica, el Cirineo y las Mujeres de Jerusalén. Al apóstrofe, el desenlace llega en la Atalaya, donde ocurre año tras año la representación de la crucifixión, la muerte, el descendimiento a los brazos de María y la resurrección.
Entre el elenco, la madre de Alejandro Calvo, María del Carmen Chagartegui, interpretará a María, su madre también en la ficción. También está Eduardo San Miguel quien, como novedad, dará vida a Judas. Será, de nuevo, un espectáculo para el que ya empieza la cuenta atrás y desde luego que en Castro nadie quiere perderse lo que más les apasiona: la Pasión Viviente.
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