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A Jan-Bo Baumbach el confinamiento le pilló en un parque infantil de Liendo resguardándose de la lluvia bajo una tejavana improvisada. Estaba con sus dos caballos 'Tisan' y 'Zizun', que no sólo son su medio de transporte, sino también sus compañeros de ... viaje.
Alemán, afincado en Francia y naturópata, se dirigía hacia Portugal para continuar con sus investigaciones en el ámbito de la medicina natural. Ha estudiado química en Alemania, un máster de biomedicina en Francia y actualmente trabaja en el campo de la naturopatía. Este viaje, que emprendió hace ocho meses desde el sur de Francia, ha constituido varias etapas en diferentes localizaciones para continuar con sus investigaciones en el campo de las plantas medicinales y cosmética natural. La siguiente parada era Oviedo, y la última era Portugal. Allí se dirigía a una empresa para elaborar sus productos que se destinan a farmacias y medicina, donde lleva tres años trabajando.
Sin embargo el confinamiento por el coronavirus truncó su viaje el domingo 15 de marzo. Juan Alberto Rozas, teniente de alcalde de Liendo, recibió una llamada informando de la presencia del muchacho en el parque y tras hablar con el alcalde, Francisco Javier Villanueva, y con la Guardia Civil, le trasladaron al albergue. Como otros tantos servicios del pueblo, el albergue se encontraba cerrado, pero en estos días se ha vuelto más internacional que el espacio aéreo de una gran ciudad, acogiendo no solo a Jan-Bo, sino también a un ciudadano belga y a otro de Lituania, que se les unió ayer mismo. En estos días de encierro y tan lejos de su casa, los tres reciben la solidaridad de los vecinos y del Ayuntamiento, que además del albergue, les proporciona comida y les permite llamar a sus allegados.
Fiel a su estilo de vida nómada, que lleva tres años practicando, y a su conciencia ecológica, el naturópata se desplaza con sus dos caballos que es su manera de «conectar con los animales». Ahora es un vecino de Liendo el que se los cuida, cobijándolos en su parcela. Se mantiene «animado» a pesar de las circunstancias. «No es mi estilo de vida, pero la Policía y todos me ayudan». Más acostumbrado al campo que a la ciudad, Jan-Bo se está readaptando a marchas forzadas a otra manera de vivir, si bien se encontraba «en una etapa de transición», en la que había adoptado un estilo de vida naturista o «vida esencial», como él mismo la define.
Aún así la situación se le presenta como «una oportunidad». La experiencia de Jan-Bo es otro ejemplo más de las oportunidades que surgen de las crisis. Y es que el Ayuntamiento le ha dado la posibilidad de emplear todo su conocimiento para investigar acerca del coronavirus. «Es interesante porque yo puedo ayudar a investigar en la dirección de la prevención o tratamiento», indicó.
Su marcha a Portugal, una vez hayamos superado la crisis, está en el aire y dependerá como su trabajo del ciclo de la vida, ya que necesita llegar en primavera para abastecerse de las plantas que necesita en sus elaboraciones.
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