El Coso Blanco brillará en su 75 aniversario
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La fiesta, que nació en 1948 con el propósito de ofrecer algo nuevo a los veraneantes, conserva su esencia, pero las carrozas han ganado con el devenir del tiempo en calidad y espectacularidadSecciones
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La fiesta, que nació en 1948 con el propósito de ofrecer algo nuevo a los veraneantes, conserva su esencia, pero las carrozas han ganado con el devenir del tiempo en calidad y espectacularidadLa esencia del Coso Blanco se mantiene intacta, lo que ha cambiado en este tiempo es que las carrozas que se realizan ahora son más espectaculares». El que pronuncia estas palabras es Javier Carrasco, el carrocista en activo más veterano de esta emblemática fiesta de ... Castro Urdiales. Ha participado, nada más y nada menos, en 55 ediciones del mágico y colorido desfile y ha vivido, en primera persona, la evolución de esta celebración, que corre por sus venas.
Aunque con ganas de «colgar las botas» -tira de jerga futbolística-, el artesano ultima estos días con su equipo la creación que presentará para la 75 edición de este evento. Una efeméride redonda, que se ha alcanzado gracias al trabajo, el tesón y la ilusión de los carrocistas que siguen al pie del cañón. Son ellos y ellas los que han empujado para llegar hasta aquí; y los que reconocen que, sin una cantera detrás, sin un relevo generacional, será difícil que el festejo pueda llegar a soplar las cien velas.
En la noche del próximo viernes, 5 de julio, recorrerán el parque Amestoy doce carrozas creadas por un total de ocho grupos. La mayoría son veteranos en estas lides como Francis2, Ángel Rivas y QM Amig@s, peña Colococos, Javier Carrasco, Salazar, Uriararte y el grupo Malora y, por primera vez, participa Escalabreta. La particularidad de sus obras es que están cubiertas con papeles de seda y celofán de colores cortados a fleco y pluma.
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Miles de vecinos y visitantes volverán a congregarse en el circuito para deleitarse con la belleza de las figuras y vibrar al compás de las charangas y bandas. Una estampa que viene repitiéndose desde el verano de 1948. Fue un 8 de agosto cuando se organizó por primera vez el Coso Blanco. La fiesta, según plasmaron las crónicas de la época, nació con el propósito de atraer a Castro a los «veraneantes y gentes de paso a los que había que ofrecer algo nuevo y sugestivo». Tiempo atrás se había llevado a cabo un desfile con carrozas elaboradas con adornos florales, similar al festejo de la Batalla de Flores de Laredo, pero el entonces alcalde, León Villanueva Orbea, quería algo que distinguiera a la ciudad. Tuvo el acierto de dar forma a una idea de Carmelo Nigra que se hizo realidad gracias a la colaboración de Luis Ulacia, que conocía una fiesta muy popular denominada 'El Cosso' y que se celebraba en La Habana (Cuba).
El extraordinario acontecimiento suscitó una gran expectación y entusiasmo. Tal es así, que aquel primer desfile, que arrancó a medianoche, «resultó brillantísimo tanto por el número de carrozas como por la gran afluencia de forasteros que nos visitaron ese día», resaltaron los rotativos locales. Como curiosidad, entre los carrocistas que concurrieron había un grupo de obreros municipales, el gremio de la hostelería, la Sociedad Tenis Club o la Sociedad de Tiro al Plato, entre otros. Y ya, desde sus orígenes, se reconoció la vestimenta de las jóvenes que iban subidas a las carrozas.
Fue el germen de un festejo que ha seguido creciendo y consolidándose como una de las tradiciones más queridas y arraigadas en Castro. El Coso Blanco solo se ha suspendido en dos ediciones a causa del covid; aunque, eso sí, a lo largo de su historia ha alternado años brillantes con otros de menos calidad. Hasta el punto de que se llegó a temer por su desaparición. Unos vaivenes hoy más que superados y con los grupos trabajando a destajo en sus naves para que este aniversario sea todo lo especial que merece.
El grupo Francis2, ganador el pasado año, presentará una carroza nunca vista antes. «Lo que es la plataforma está en el interior de la estructura. No hay un carro como tal», cuentan sus artesanos Francisco López y Francisco Fernández. En cuanto al diseño, apuestan por una temática futurista. Con una experiencia de 44 años reconocen que el nivel de construcción de las carrozas ha evolucionado «muchísimo». «Se mantiene el corte del papel celofán, pero las piezas son más arriesgadas y con más perfección en los detalles y facciones. Son verdaderas esculturas», describen. Como sus compañeros inciden en que para mantener esta tradición en el tiempo hay que «trabajar la cantera en los colegios y facilitar a los jóvenes meterse en este mundo del arte de las carrozas».
El artesano Javier Carrasco confiesa que sigue en la brecha porque su nieta le alienta. Está dando forma a una obra con detalles «muy finos» basada en los Caballeros del Zodiaco. Si echa la vista atrás aprecia un cambio en la espectacularidad de las carrozas. «El Coso Blanco ha ganado en calidad y monumentalidad de las obras». Otro de los aspectos que más ha evolucionado es el material empleado. Las estructuras de algunas piezas se siguen realizando en hierro y varilla. Y para envolver las figuras la mayoría de los artífices abogan por utilizar el poliespán y otros, como Carrasco, conservan la tradición de emplear el cartón piedra. «Antes hacíamos las figuras con maderas y tablas. Eran materiales tercermundistas; hoy son materiales más especiales y fáciles para trabajar».
La mayoría de los grupos empezaron a confeccionar las obras por febrero o marzo con equipos reducidos de cinco personas que se amplían a treinta en esta cuenta atrás. «Son muchas horas y no están valoradas. Esto se hace por amor a la fiesta. El público ni se imagina el trabajo que lleva detrás».
La característica que identifica al Coso es el papel que cubre las piezas de las carrozas. Se cortan y pegan a mano millones de papeles de seda y celofán. Las bases exigen que el de color blanco predomine en un 65%. «En nuestro caso prácticamente supone el 80%», dice Luis Miguel Quintana de QM Amig@s. Para este 2024 su trabajo recupera una temática no vista desde hace 30 años y de la mano de su hija se implica a fondo en los vestuarios de los figurantes en las carrozas. «Creo que el Coso tiene que promocionarse bastante más e implicar a la hostelería y el comercio», apunta como mejoras de cara al futuro.
Desde el Grupo Marola, José Arozamena, que califica de «impresionante» la carroza que exhibirá en esta edición, destaca que desde hace tres años la fiesta ha recobrado su esplendor y plantea aumentar la cuantía de los premios para atraer a jóvenes creadores.
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