Cultura y ciencia se dan la mano en la exposición Nanocosmos de Castro

A lo largo de la historia, arte y ciencia han confluido en diferentes puntos clave como el Renacimiento o la Ilustración que hoy son muestra de la compleja y cercana relación que ambos campos mantienen. Un hecho que corrobora la exposición 'Nanocosmos. La realidad oculta al ojo humano' gracias a la que el parque Amestoy de Castro Urdiales se convierte en un museo al aire libre y acoge 36 imágenes tomadas por un microscopio electrónico en manos del escritor, artista y cineasta norteamericano Michel Benson.

Los paneles que conforman la muestra sostienen escenas del mundo natural a escala submilimétrica, tanto es así que pueden verse con detalle organismos unicelulares como diatomeas, un grupo de algas marinas que son responsables de entre el 20 y el 50% del oxígeno total que penetra anualmente en la atmósfera terrestre; o radiolarios, un tipo de zooplancton que se encuentra en todos los océanos del planeta y que presenta un esqueleto de formas geométricas similares a poliedros regulares.

La belleza de la naturaleza, incluso de la que no se aprecia a simple vista, es innegable. Pero más allá de ser un deleite visual, la exposición itinerante producida por la Fundación »la Caixa» en colaboración con el Ayuntamiento, pretende concienciar sobre el cuidado del medioambiente. Esta es precisamente una de las claves de la muestra, lo explica su comisario, el biólogo Rubén Duro, quien detalla que «solo se protege aquello que se conoce». «Hablamos de la ballena azul, el lince, el lobo, el oso polar… pero el 90% de la biodiversidad no la conocemos y en ocasiones son la base de la cadena trófica para que la imponente ballena azul pueda surcar océanos», agrega Duro.

Además, el comisario destaca otro aspecto crucial de la exposición que «te viene a ver a ti, no hay que ir a verla porque está en la calle y te la encuentras». Lo cierto es que el Parque Amestoy de la localidad es uno de los enclaves más transitados de Castro, por lo que facilita que numerosos viandantes paseen entre las imágenes y se pregunten qué es aquello que están viendo. «Los que van a un museo a ver ciencia es porque ya están interesados, hay mucha gente que no lo está y es a quien hay que llegar», subraya Rubén Duro tratando de transmitir su pasión por la biología.

Así, la muestra revela cómo se relacionan los insectos con las plantas o qué formas y texturas tienen las antenas de las mariposas, el estilete con el que los pulgones perforan las plantas o los ojos y las antenas de una abeja.

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