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Un alcatraz liberado de una red, un bañista que recobró el pulso en Brazomar, un conductor liberado del amasijo de hierros en el que quedó convertido su coche en Guriezo -ayer mismo-, un vecino evacuado tras caerle una cornisa en la cabeza en Castro Urdiales - ... hoy por la mañana- y hasta un pequeño caballo salvado de morir ahogado en el mar. Dicen los responsables de la DYA que, a pesar de todos estos rescates llevados a cabo en estos días, este está siendo un «verano tranquilo», puede que por esa deformación profesional que lleva a normalizar situaciones tan extremas, y más cuando los casos citados han terminado bien. Y -les suele ocurrir- los rescates que más repercusión alcanzan son los protagonizados por animales. Como el de ayer por la tarde, tan tierno y metafórico: Un caballo saltó en Saltacaballo.
En realidad era un potrillo, que apenas asomaba la cabeza del mar cuando un testigo alertó a la DYA de los apuros que estaba pasando. Se había precipitado por el acantilado del antiguo cargadero de mineral, saltando al mar hasta una zona de rocas. Efectivos del servicio de emergencias acudieron en una embarcación, uno se lanzó al agua y ayudó al potro a subirse a tierra firme remolcándolo. Pero la cala a la que accedieron hombre y potro no garantizaba que éste último pudiera salir de allí subiendo por las escarpadas paredes de roca. Se pensó otra solución, que finalmente resultó la mejor. De nuevo llevaron al mar al caballo y lo subieron a la embarcación de salvamento. Navegaron hasta la playa de Dícido (Mioño), a la que el potro llegó sano y salvo. En la DYA restan mérito a este rescate, «no fue tan difícil, el potrillo pesaba poco y puede que hasta entendiera que íbamos a salvarlo, porque se mostró dócil y se asustó muy poco».
«Llevamos un mes salvando vidas», celebran este sábado en la DYA, a los pocos minutos de ir a evacuar al vecino de Castro que sufrió un importante traumatismo craneal al desprenderse una cornisa en su urbanización.
Ocurrió en la calle Silvestre Ochoa sobre las 10.45 horas, cuando el alféizar de un ventanal de un tercer piso se desprendió, con la mala fortuna de que un vecino, de 50 años, pasaba por allí en ese momento. Ha sido trasladado al hospital con un traumatismo severo y su estado es grave. En este dispositivo han participado también efectivos de la Policía Local, del 061 y de los bomberos. Se retiró al herido de la zona de peligro, fue inmovilizado, se controló la hemorragia y se le valoraron las constantes para su posterior traslado al Hospital de Laredo en ambulancia. Desde allí fue trasladado, a su vez, al Hospital de Valdecilla. La zona se ha precintado por seguridad.
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