Guriezo se vuelve a movilizar para que la alcaldesa se vaya

Se trata de la tercera protesta que protagonizan los vecinos de Guriezo, «hartos» de la «dejadez» en el mantenimiento de edificios, parques, caminos y servicios, además de por el cierre de espacios de ocio y cultura para jóvenes y mayores. Una parálisis de la actividad municipal que achacan a la gestión de la alcaldesa, la exsocialista María Rivero, que gobierna en solitario, únicamente acompañada de su asesor, el exalcalde del municipio Javier Iturbe. La regidora hace meses que no cuenta con el apoyo del resto de concejales de la Corporación (PRC, Somos Guriezo, PP y un edil no adscrito). Pese al aislamiento político y su soledad, Rivero sigue manteniendo que no dimitirá echando la culpa de los problemas que los vecinos denuncian al bloqueo de votos que ejerce el resto. Tampoco hay forma de que los otros grupos municipales se pongan de acuerdo para plantear una moción de censura y relevarla.

La nueva convocatoria de movilizaciones surge al calor de nuevos problemas que se han ido detectando y que los vecinos denuncian en redes sociales. Uno de ellos un desprendimiento de rocas en un paseo vecinal en el Pontarrón y otro, el precinto esta misma semana de la Casa de Cultura de la localidad debido a que se han caído unos cascotes de la fachada. En este sentido los vecinos temen que pase lo mismo que con el parque infantil junto al Ayuntamiento «que se precinta pero no se arregla», explican.

Desde la plataforma vecinal se planteó hace unos días una reunión a la regidora y su asesor pero la petición, que se registró por escrito, aún no ha recibido respuesta. En la propuesta, los vecinos les trasladaban su «malestar» e invitaban a convocar un encuentro con ellos para obtener respuestas a los problemas planteados y «dar la cara». «Jóvenes sin futuro, ganaderos abandonados, calles insalubres, sin iluminación, niños sin parque o jóvenes sin locales», enumeraban. «Les pediríamos que hagan caso al clamor popular y a lo que verdaderamente importa: el bienestar del municipio y sus gentes», resumían.

A la par, junto al escrito de los adultos un grupo de niños de entre cuatro y ocho años enviaban una carta manuscrita a la regidora pidiendo que les ayudase y habilitase un lugar para ellos. En la misiva los pequeños lamentaban que el parque infantil lleve cerrado varios meses. «Por favor ayúdanos, no tenemos ningún sitio donde jugar y cuando llueve nos tenemos que quedar en casa», le rogaban.