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Directa y breve. Así es como define la escritora y periodista cántabra Dolores Conquero la poesía que emana de su último libro publicado. Cuenta que lo suyo no es permanecer en el mismo género literario, sino que prefiere ir meciéndose de la novela a la poesía; de los artículos a los relatos, como quien se deja flotar en el agua, al compás de las olas. Ahora tocaba el tiempo, pues, de nadar entre versos de poesías. La base del nuevo libro de poemas de Conquero se gestó hace quince años, sin embargo, es en estos momentos cuando 'Antes de despertar' ve la luz para permitir al lector sumergirse entre párrafos y ponerse en la piel de mujeres maltratadas. Las palabras de esta castreña, residente en Madrid, abren los ojos de aquel que sostenga el libro entre sus manos, dándole una vuelta a cómo las víctimas de género viven las situaciones cotidianas, adentrándose en sus pensamientos, temores y también conociendo su motivación por salir adelante tras despertar de su pesadilla.
-¿Qué es para usted la poesía?
-Algo que no se elige. A veces es una bendición; otras, no tanto.
-No es su género literario principal...
-No, pero sí el primero al que me dediqué. De todas maneras, si alguien es poeta, lo es siempre, independientemente de si escribe o si publica. Al menos así lo siento yo.
-¿Por qué este libro ve la luz ahora?
-Buena pregunta. La parte principal la escribí hace casi 15 años. Entonces leyeron el libro un par de amigos escritores y otros tantos editores. Todos me dijeron que el libro estaba bien, pero que el tema era extraño, que a la gente no le apetecía leer sobre maltratos de ningún tipo, así que lo guardé en un cajón. Hasta que en las Navidades pasadas lo leyó la editora Alicia Arés, que lo aceptó sin dudar. A finales de febrero ya estábamos con las últimas pruebas. Que la publicación haya coincido con un momento en el que se habla mucho del tema es una casualidad, obviamente, pero quizá también es la prueba de que la sociedad ha cambiado en este tiempo y hay más sensibilidad hacia temas que no hace tanto eran tabú.
-¿Cómo surge la idea de plasmar el maltrato psicológico a través de los versos?
-Había ahí algo que contar, algo que no se conoce demasiado bien (hace unos años, aún menos). De hecho, hay muy poco publicado sobre el tema y casi siempre es prosa. Me pareció que la mejor manera de mostrar algo que es por definición intangible, que a veces no se cuenta a nadie por vergüenza, o porque ni siquiera se es consciente de que se está sufriendo, era la poesía. Una poesía directa y breve.
-¿Cómo afecta la pandemia a los malos tratos?
-No quiero ni imaginar la de historias terribles que han pasado y están pasando ahora mismo, mientras tenemos esta conversación, detrás de las paredes de muchas casas. Historias que a veces ni sospechamos cuando vemos por la calle a las personas que las viven, porque una de las características de este problema es que las mujeres afectadas intentan hacer como si no pasara nada cuando están en la calle, ante otras personas. Un poco por vergüenza y otro poco como mecanismo de supervivencia. Porque la gente no se enfrenta al maltrato cuando quiere, sino cuando puede.
-¿Qué pretende hacer sentir al lector?
-Lo mismo que con cualquier poesía: un fogonazo, una revelación.
-Trata en el libro las diferentes fases por las que puede pasar una mujer maltratada...
-Sí. Está la vergüenza, que ya hemos comentado; la negación; el círculo vicioso en que suele quedar atrapada: hay un día horrible pero luego otros de paz y hasta de felicidad, entonces ella duda incluso de sí misma, hasta que vuelve a pasar. También hablo de la soledad, de toda esa gente que da consejos pero que en el fondo no las entiende; de la contradicción eterna en la que viven («Te odiaré siempre/pero antes/te amaré una vez más», dice el yo poético del libro) y, en fin, también hablo de la liberación, hablo de lo bien que puede sentirse una mujer cuando logra salir de los malos tratos. Eso es algo que no se parece a nada.
-¿El maltrato al género masculino también tiene cabida en algunos de sus poemas?
-En los míos no, porque yo solo conocía el testimonio de mujeres cuando lo escribí. Supongo que existe, solo que en proporción infinitamente menor. La lucha por el poder se da en todo tipo de relaciones (laborales, de pareja, de amistad incluso), pero la que se da entre hombre y mujer tiene mucho que ver con la sociedad de la que venimos, desigual en cuestiones de género. Aprovecho para decir que el supuesto matriarcado que se atribuye a algunas comunidades autónomas españolas no es tal. Eso es un mito. No hay que confundir tener carácter y mandar aparentemente con tener el poder, que básicamente lo tenía el que traía el dinero a casa.
-¿Puede ser su libro una herramienta útil para las víctimas de violencia de género?
-Eso espero. Reconocerse es fundamental y a veces, cuando menos se espera, se produce algo que nos cambia para siempre. Una amiga me contó hace tiempo que un día, viendo la película Luz de gas, se dijo: «Pero si eso es lo que hace mi marido conmigo» (en este caso era confundirla, hacer que dudara de sí misma y perdiera su autoestima).
-¿Cuál es la importancia del «despertar»?
-Por todo lo que he visto, la toma de conciencia no sucede de casualidad, por ciencia infusa. Tiene que haber mucho trabajo psicológico detrás, mucha lucha interna. Es un proceso largo. Pero se puede salir, y la que lo logra comprende que el pasado ya no lo puede cambiar, pero que el futuro es suyo y de nadie más.
-A lo largo de su trayectoria profesional ha publicado de varias maneras, ¿dónde se siente más cómoda?
-Mi primer libro era de cine y lo publiqué en una editorial especializada. Después vino el libro de biografías amorosas de Planeta, que fue una experiencia muy buena, y más tarde una novela que publiqué por mi cuenta, porque quería probar cómo era estar sin intermediarios. Aprendí mucho, pero no creo que repita. He publicado relatos y artículos en varias antologías y ahora este título en una colección específica de poesía. Ningún libro es igual a otro; cada uno tiene un público y también una editorial, salvo que hagas siempre lo mismo, y no es mi caso.
-Volviendo al presente… ¿Cómo presentará su obra? También los escritores se han tenido que adaptar a estos tiempos de covid...
-Todavía no hemos hecho presentación y estamos esperando como agua de mayo la Feria del Libro de El Retiro, que en principio será en octubre, para tener contacto directo con nuestros lectores. Mucha gente hace presentaciones virtuales, pero yo prefiero esperar. No hay prisa.
-¿Qué espera de su libro?
-No me lo he planteado. Dejaré que la vida me sorprenda.
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