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Las nuevas restricciones para contener el covid-19 no han sido bien vistas por la mayoría de hosteleros, comerciantes y empresarios de Castro Urdiales. Por este motivo, este sábado el colectivo se dio cita en la plaza del Ayuntamiento a las 12.30 horas para ... participar en una multitudinaria cacerolada a la que acudieron unas 200 personas. Pasadas las 12.40 horas, el grupo decidió extender la protesta por las céntricas calles de la ciudad, lo que dio lugar a una especie de manifestación improvisada a la que se iban sumando algunos ciudadanos.
Cazuelas, cazos y pancartas en mano, los asistentes mostraron su descontento ante las normativas restrictivas que se están implantando en la región, una protesta a la que se sumaron también autónomos en general y algunos negacionistas. Después de recorrer el parque Amestoy y otras calles como La Rúa o Ardigales, la manifestación regresó al punto de partida: el Consistorio, para continuar allí «haciendo ruido».
Precisamente, las calles que fueron testigo de la protesta se corresponden con el punto neurálgico de la hostelería, ya que en esta zona de la ciudad se concentran numerosos bares, restaurantes y cafeterías, unos locales que hoy han contado con menos clientela que cualquier otro sábado con motivo de la prohibición de consumir en el interior de los establecimientos. Aún así, las terrazas estaban también más vacías de lo habitual en Castro, posiblemente debido al cierre de fronteras con la provincia vizcaína y con otros municipios cántabros de la zona, algunas de las medidas que están siendo criticadas por el sector servicios también en otros puntos de la región.
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