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Carmen Merino cada vez está más cerca de sentarse en el banquillo de los acusados. A la supuesta autora de la decapitación de su expareja, ... Jesús Mari Baranda, en su domicilio de Castro Urdiales, sólo le queda esperar a que la Audiencia Provincial de Cantabria fije la fecha de su juicio, después de que el Juzgado de Instrucción Número 3 del municipio castreño acordara ayer, lunes, la apertura de juicio oral.
La instrucción que arrancó el septiembre de 2019 cuando una amiga de la acusada destapó la 'caja de los horrores' (la cabeza del jubilado vizcaíno apareció en un paquete que Merino le pidió que guardase), ha llegado a su fin.
En el último auto emitido por Ángel Gabriel Cembranos, el último instructor del caso (hubo otros dos previamente), se recoge que este procedimiento se enjuiciará ante el tribunal del jurado de la Audiencia Provincial de Cantabria, después de que todas las partes (fiscal, acusación particular y defensa) solicitaran el pasado jueves la apertura de juicio oral.
En su caso, el Ministerio Público considera que hay que juzgar a la encausada por un delito de asesinato (alevosía con imposibilidad de defensa) por el que solicita una pena de 25 años de cárcel con inhabilitación absoluta durante el tiempo de la condena. En concepto de responsabilidad civil reclama que la acusada indemnice con 20.000 euros al hermano, los hijos y el primo de Jesús Mari Baranda.
La acusación particular, que ejercen los dos hijos del finado, coinciden en que Carmen Merino debe ser juzgada por un delito de asesinato con alevosía e imposibilidad de defense, con la concurrencia de circunstancia agravante mixta de parentesco, por lo que solicita la pena de prisión permanente revisable. Con carácter subsidiario, esta parte solicita que se imponga la pena de 25 años de prisión, como reclama el fiscal, además de la medida de libertad vigilada. En concepto de responsabilidad civil eleva la petición de la Fiscalía hasta los 35.000 euros para los dos hijos de Baranda.
Por parte de la defensa, se ha solicitado la declaración de no culpabilidad de la acusada y su libre absolución, «no procediendo a indemnizar a nadie por no ser autora de ningún delito».
Según señala el juez, los hechos por los que procede el enjuiciamiento son que «Carmen Merino causó intencionadamente la muerte de su pareja, Jesús María Baranda, presuntamente en el interior del domicilio en el que residían, evitando la presencia de terceras personas y que el señor Baranda pudiera ser auxiliado, así como el haberle suministrado diazepam, dejándolo adormilado y eliminando sus posibilidades de defensa».
En su auto, el instructor indica que, una vez abierto el juicio oral, procede la remisión al tribunal encargado del enjuiciamiento los escritos de calificación de las partes, la documentación de las diligencias no reproducibles y que hayan de ser ratificadas en el juicio y el propio auto de apertura de juicio oral, emplazando a las partes, para que se personen ante dicho tribunal dentro de quince días.
Finalmente, el instructor requiere a la acusada para que, en el plazo de un día, preste una fianza de 93.333 euros para asegurar las responsabilidades pecunarias que pudieran imponerse, con el apercibimiento de que de no prestarla se le embargarán bienes en cantidad suficiente para asegurar la suma señala.
El pasado 29 de septiembre se cumplieron dos años desde que se destapara el mayor secreto que mantenía la encausada. Ese día María del Carmen Mendoza, amiga de la acusada, decidió abrir la caja que Merino le pidió que guardase alegando que contenía un juguete sexual que no quería que la Guardia Civil encontrase en su casa, cuando empezaron a buscar a Jesús Mari.
«Decidí abrirlo porque estaba harta de tenerlo ahí, pensando que estaría esa cosa en una cajita. Era viernes, entre las once y pico y las doce. Iba a preparar la colada». Entonces dice que sacó el paquete de la bolsa, quitó el papel de regalo y vio una bolsa de basura negra anudada. Abrió la bolsa y otra y otra, atadas unas a otras. Después había un neceser ovalado de color beige y motitas negras y dentro del neceser había otra bolsa de basura. Cree que otra más y papeles. Fue entonces cuando vio el cráneo. «Olía raro, pero no era un olor muy fuerte». Después salió corriendo.
A partir de ese momento se inició una minuciosa investigación que ha llevado a la Guardia Civil a concluir que Carmen Merino es la autora de la muerte del que fuera su novio durante siete años.
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