La juez llama a declarar el 13 de noviembre a la sospechosa del crimen de Castro

Según confirmaron este lunes fuentes del caso a El Diario Montañés, ese mismo día también está citada, para prestar una declaración ampliatoria, Ana María, la amiga a la que Carmen Merino entregó la caja en la que se encontraba la cabeza de Jesús Mari y quien destapó este escalofriante caso. Aunque hace un año ya prestó declaración ante el Juzgado castreño, el fiscal pretende ahora plantear nuevas cuestiones a esta testigo. De su lado, la principal sospechosa del crimen se acogió a su derecho a no declarar en su primera comparecencia ante el juez. De hecho, no ha hecho ningún tipo de declaración oficial durante toda la investigación, según aclaró a este periódico su letrado. Por tanto, habrá que ver si esta vez Carmen rompe su silencio.

Antes de estas comparecencias, se producirán otras el 23 de octubre, puesto que la juez ha citado a otros siete testigos a petición del Ministerio Público.

Al margen de lo que se desprenda de estas nuevas declaraciones, la Guardia Civil ya ha llegado a sus propias conclusiones y considera a Carmen Merino autora de la muerte del que fuera su novio durante siete años, «habiendo cometido el hecho violento previo estudio y de manera premeditada, siendo escrupulosa con la destrucción de todo vestigio o indicio que pudiera suponer una incriminación de la misma». Además, los investigadores, que no vinculan a nadie más con este caso, sostienen que, tras el crimen, Merino orquestó una historia sobre la desaparición de Jesús Mari hasta que se hizo «insostenible» por la presión de familiares y amigos, «lo cual la lleva al extremo de tener que crear una prueba de vida, elaborando la ficción de que su novio había escrito varios mensajes tranquilizadores sobre su estado, todo ello, hasta la interposición de la denuncia por desaparición llevada a cabo por el primo de la víctima».

Los investigadores se plantean la hipótesis de una posible «marcha prevista» por Carmen a Cádiz, circunstancia que se basa en las conversaciones mantenidas por la investigada con sus hijos y las consultas realizadas en páginas web inmobiliarias respecto a la búsqueda de viviendas en la ciudad andaluza, «a lo que hay que unir, la importante cantidad de dinero que la investigada mantenía escondida en su vivienda, procedente de los continuos reintegros extraídos a través de cajeros con presumible origen en la cuenta Banco Santander, titularidad de la víctima, suponiendo que dicha marcha se realizaría cuando ya realmente no existiera saldo alguno en esa cuenta». Respecto a cómo pudo cometer el crimen, la Guardia Civil señala que primero compró una sierra de calar y un martillo pesado, y después una motosierra, con la que indiciariamente habría «descuartizado» el cuerpo de su novio.